Lucía Aylen Costa Osores, de 18 años, había salido esa noche con un grupo de amigos a comer a Zar Burguers, un local gastronómico y cervecería ubicado sobre la calle Paunero 1189 en San Miguel. En un momento, de acuerdo a lo que relataron testigos y según puede verse en las imágenes de una cámara de seguridad del interior del bar, una mesera se acercó a la mesa donde estaba Lucía con sus amigos con un bidón de cinco litros de combustible líquido, para mantener encendida la llama de una especie de brasero que funcionaba como centro de mesa decorativo con fuego y que puede verse incluso en las fotos que Lucía y sus amigos sacaron en el bar. Sin embargo, cuando la empleada intentó acercar el bidón para reponer el alcohol, se produjo una explosión que cubrió a Lucía y todos sus amigos en llamas.

Pablo, el padre de la joven de 19 años que falleció por las quemaduras sufridas en el bar Zar Burgers, de la localidad bonaerense de San Miguel, afirmó que está “luchando para que se haga justicia” y denunció que a su hija “la sacaron dos horas después”.

“Estamos luchando para que se haga justicia por mi hija, que la dejaron debajo de la mesa; se prendió fuego el 70% del cuerpo y la sacaron después de dos horas hecha un carbón”, afirmó Pablo al canal de noticias C5N.

El padre de la joven dijo que no está “conforme con la investigación” y aseguró que los carteles de clausura “no están donde tendrían que estar, sino en el medio de las ventanas, y no en las puertas para que no se puedan abrir. Ya entraron y sacaron todo lo querían”.

Dijo que el bar “no tiene salida de emergencia” y que “si la puerta se trababa se morían todos”.

“Acá, en vez de poner una velita de parafina adentro de un frasco, en vez de eso ponían alcohol adentro de un frasco y lo prendían fuego”, señaló.

Denunció que “las fajas de clausura no están donde tendrían que estar, sino en el medio de las ventanas, y no en las puertas para que no se puedan abrir. Ya entraron y sacaron todo lo querían”.

“Hoy a la mañana vinieron a manipular y recién hoy llegaron los peritos”, manifestó y añadió su hija “tenía un proyecto para ir a estudiar al sur, la estábamos ayudando con eso y vino acá a las 9 de la noche a comerse una hamburguesa”.

Por su parte, Maximiliano, el tío de la joven cuestionó el “grado de inhumanidad” con que trataron a su sobrina tras el accidente los responsables de Zar Burgers, que anoche emitieron un comunicado “lamentando profundamente” lo ocurrido.

En tanto, amigos y familiares están convocando a una movilización para el próximo miércoles a las 16 en la plaza de San Miguel.

Lucía Costa sufrió las graves quemaduras que derivarían en su muerte el pasado viernes por la noche, al ser salpicada por alcohol encendido durante la recarga imprudente de un pequeño hornito que también provocó heridas de diferente consideración a ocho de sus amigos, de entre 16 y 19 años.

El bar de Paunero 1189 emitió un comunicado para expresar que “lamenta profundamente los hechos sucedidos anoche” (por el viernes), “acompañamos el dolor de la familia de Lucía” y “esperamos el pronto restablecimiento de los chicos heridos”.

El tío de Lucía, Maximiliano explicó a C5N que era la primera salida de su sobrina con sus pares en tiempos de pandemia, y el lugar elegido resultó este bar, donde concurrió con “sus amigos de un grupo religioso de la catedral de San Miguel”.

“Estaban sentados en una mesa que tenía un centro de mesa con llamas y cuando una de las meseras se acerca con un bidón de cinco litros de alcohol para recargar esta especie de antorcha, estalla el bidón y este combustible en llamas empapa a los que estaban alrededor, en especial a Lucía que recibió lo peor de todo esto”, contó.

Se desató entonces “una situación de pánico”, con “gente que corría en llamas” y “sin nadie para controlar la situación”.

“A Lucía la logran apagar con ropa, pero ella quedó acostada boca abajo en muy mal estado, con toda la cara y el torso quemado y todas las vías respiratorias comprometidas, que fue lo que la llevó a la muerte”.

Tras ser estabilizada en un sanatorio local, la joven fue trasladada al Hospital del Quemado de la ciudad de Buenos Aires, donde murió horas después tras sufrir dos paros cardiorrespiratorios.

El hombre cuestionó “cómo se le pudo ocurrir” a un local colocar estos hornitos con llamarada libre “en un ambiente restringido, con mucha gente y mesas de madera”, pero también que su sobrina haya quedado “tirada en el piso inconsciente” los 20 minutos que tardaron en llegar los bomberos.

“No entendemos cómo en un lugar de estas características puede haber focos ígneos sin ningún recaudo, cómo se puede manipular combustible habiendo focos ígneos y en ausencia de salidas apropiadas, cómo frente a esta situación inesperada no había nada para apagar el incendio y, lo peor del asunto, es cómo queda tirada en el piso, absolutamente desamparada hasta que llegaron los bomberos”, dijo.

Maximiliano hizo énfasis en que nadie preservó a su sobrina, que “como quedó atravesada en el camino de salida, la gente pasaba sobre ella para poder evacuar».

“El grado inhumanidad de todo esto es espantoso: tenemos una persona que le tiraron una especie de molotov en la cara, que ardió en llamas, que se le quemaron todas la vías respiratorias y cuando quedó tirada inconsciente en el piso, nadie hizo nada para asistirla”, afirmó.

Por otro lado, el hombre advirtió que “esto no ha terminado” aún porque “todos sus compañeros tienen una larga lucha por delante para recuperarse no sólo físicamente sino psicológicamente”.

La causa quedó a cargo de la UFI 4 del Departamento Judicial de San Martín, a cargo de Ana Rosa De Leo, Tamara Roxana Vaisman y Rubén Moreno.