Por Gisela Gentile

Estamos terminando un 2020 que quedará en el recuerdo de todos aquellos que habitamos el planeta Tierra. Una pandemia vino a transformarlo todo, nuestra vida cambió de repente y nos colocó en un lugar desconocido, plagado de preguntas sin respuestas.

Pasamos del contacto físico, de los besos y abrazos, a contemplar a nuestros afectos a través de una pantalla, de alguna manera intentamos seguir unidos a pesar de la distancia, porque -sin dudas- esos lazos fueron lo que nos permitió seguir adelante pese a la adversidad. En paralelo, nuestros rituales cambiaron por completo y los hogares se convirtieron en el centro de nuestras vidas.

Desde allí se podrán armar un sinfín de realidades y vivencias muy propias de cada persona y sus contextos particulares. Lo que si se podría poner como un punto en común de todos, es el deseo de terminar este año que por momentos pareciera que nunca va acabar.

Cada año que culmina, nace un deseo colectivo de que el próximo sea mejor, de algún modo depositamos en el universo, Dios o como lo llamemos, la ilusión de que las cosas cambien. Pero en ese deseo, ¿cuán importantes son nuestras acciones y decisiones?

Para encontramos con más de una respuesta que se ajuste a nuestras inquietudes, contamos con la opinión del maestro de Feng Shui Gustavo Antunez, palabra autorizada para profundizar sobre el arte de vivir en armonía con el entorno. “Estamos culminando el año de la rata, año quizás desafortunado para algunos y no tanto para otros, año portador de malos presagios y algunos percances, pero si es claro que estuvimos y seguimos atravesados por esta pandemia que se ha instalado como eje central”.

Una situación atípica que puso a flor de piel las potencialidades positivas y de las otras, de la raza humana. “La pandemia no ha hecho otra cosa que mostrar las verdaderas caras, las máscaras se fueron cayendo al fin, lo humano, lo inhumano, lo considerado y desconsiderado, todo muy incongruente, y parece ser que se no obliga a desvincularnos, y esto va en contra del orden natural de la humanidad, ya que somos seres sociales”, enfatizó.

El planeta tiene un gran conflicto en este momento, “pienso que ese conflicto es el hábitat, porque hay excesos de tiempos, y éstos son vividos en el mismo lugar, hay necesidades múltiples, muchas computadoras en una sola casa, de alguna manera todo se ha multiplicado. Por eso mismo el Feng Shui busca el equilibrio de esa energía vital a través de la distribución y orientación de los espacios para que todo funcione en armonía”.

El maestro de Feng Shui debe interpretar también como son las energías de los integrantes de la casa, ya que todos formamos parte de un mismo sistema familiar. “Invito a revalorar el propio discernimiento que es lo que cada uno de ustedes piensa, teniendo en cuenta que está bien y que no, qué se va y qué se queda. Por ello es importante no seguir atados a viejas creencias y pensar si están dispuestos a vivir una nueva vida, esto es lo que propone el Feng Shui. La armonía de los espacios comienza por la armonía personal, derribar creencias congeladas, paradigmas antiguos que nos atan a vibraciones inferiores. El Feng Shui es el arte de vivir bien”.

El obrar cotidiano y estrés que mucha gente acarrea por miedo a la incertidumbre, hace que perdamos la meta. “Retraumatizamos todo el tiempo, esto es algo que está más allá de la pandemia, y que es el conflicto que está en el ADN y el sucumbir al dictamen de tribu. Cuál es la energía siniestra que está alrededor nuestro y el personaje acorde para que nos destruya, quien me impide y me impone a mí ser feliz, me lo impiden cuidados propios o ajenos o me aparece una pareja o un negocio que me destruya”.

Correrse de los paradigmas y creencias que no conducen a ningún lado y empezar a tomar un lugar protagónico de nuestra vida y destino. “Brindamos hace años de la misma manera, decimos que por fin termine este 2020 en donde murieron familiares y amigos, un año de miércoles y sentimos como un cambio de energía pensando en el 2021. Pero después vuelve a hacer lo mismo, luego el próximo año diremos lo mismo y se nos va la vida. En conclusión, los buenos tiempos no vienen, porque los buenos tiempos se hacen”.

Pero, ¿cómo se hacen esos buenos tiempos, somos los creadores de los mismos? A lo cual el maestro de Feng Shui contestó: “Se hacen con una actitud mental positiva para proyectar en la vida, aquello que los psicólogos llaman pulsión de vida. Haciendo anclaje en la amígdala cerebral de forma moderada para no boicotearnos y de alguna manera engañar a este clan familiar que nos quiere cortar los hilos de la felicidad y el éxito. Sin dudas que esas actitudes positivas van a desarrollar nuevas aptitudes que nos llevarán al conocimiento, siendo este último el que nos liberará. El universo, Dios o como quieran llamarlo crea el cerebro, porque existe la inteligencia, una sabiduría superior conectada con el talento, algo planetario y sublime. ¿Y cómo hace Dios para que esa inteligencia nos sirva de generación en generación? Creando el cerebro, ya que todo está en nuestra mente, por ello creo que con actitud mental positiva, más aptitud amplían la base de la pirámide del éxito, que son los conocimientos”.

La vorágine en la cual  vivimos nos corre de ese pensamiento transformador. “El Feng shui es el arte de vivir en armonía con el entorno, creo que las personas cada vez más se interesan por esta disciplina haciéndola parte de sus vidas, intentando buscar el permanente equilibrio  que los ayude a influenciar positivamente sus vidas. Incluso los empresarios muestran una apertura de conciencia consultando a maestros, que los direccionen a elegir sus oficinas y ubicaciones de sus empresas, para obtener productividad y prosperidad”, sentenció.

Como reflexión final, Gustavo Antunez realizó una análisis de la importancia del Feng shui y de su aplicación a todos los aspectos de la vida. “Es milenario, hoy su estudio y evolución permite aplicarlo también al vestuario, maquillaje, peinados, colores, formas, texturas y estampados que impulsan y proyectan un look personal exitoso, aplicable tanto para mujeres como para hombres. Los invito con esta nota a reverberar otros simbolismos disponibles, como ser el Yin y el Yang, los cinco animales celestiales, los cinco elementos que al aplicarlos correctamente será de mayor beneficio para cada uno de ustedes”.