Por Alejandro Maidana

Actualmente los océanos están repletos de plásticos; se estima que cada 5 kilos de peces hay 1 kg de plásticos. Y si nada cambia, para 2050 habría tantos peces como plásticos en los océanos. El problema no son sólo los plásticos grandes que podemos ver, sino también los microplásticos que se forman al fragmentarse el material. Hoy se encuentran microplásticos en todos lados: en el agua embotellada, en los peces, en los hielos antárticos, en el suelo, en nuestros cuerpos.

Los plásticos son muy poco reciclables, a nivel global se estima que se recicló sólo el 9% de todo el plástico producido alguna vez. El resto está en basurales, rellenos sanitarios, en los mares o ha sido quemado. El problema no es sólo el destino, sino que los impactos ambientales empiezan cuando se produce el plástico, con la extracción de petróleo y gas y con la industria petroquímica que contamina las comunidades.

El mayor problema lo representan los plásticos descartables: envases de bebidas, de alimentos y de otros productos de consumo, vasos descartables, etc. En Argentina los descartables son casi la mitad de la producción de plástico. Por ello, como alternativa no solo ecológica, la venta a granel en envases reutilizables llevados por los clientes (en frasco, táper, etc), es un camino eficaz para producir menos residuos. Es una respuesta a la grave problemática de los plásticos de un solo uso que hoy contaminan todos los rincones del planeta.

Para ello desde Graneleando se busca articular con comercios de la ciudad que están dispuestos a vender a granel, en envases reutilizables, intentando acompañarlos, a la vez que fomentando esta práctica por parte de los ciudadanos y ciudadanas. Uno de los elementos centrales del proyecto es un mapa colaborativo que reúne a comercios que son parte de la iniciativa.

Graneleando es una iniciativa surgida de manera independiente, que desde poco más de un año es cogestionada por Taller Ecologista junto al equipo que dio origen al proyecto. Cambiar las prácticas de consumo instauradas en las últimas décadas no se hace de un día para el otro. Requiere un esfuerzo constante y por esto es necesario multiplicar el mensaje por todos los medios posibles.

Beneficios de la venta a granel en envases reutilizables

Cualquier envase descartable, sea del material que sea, es un problema ambiental, porque requiere recursos para producirlo y se convierte en un residuo que hay que gestionar. Hoy la contaminación por plásticos concentra la mayor preocupación y es imperioso reducir su producción y consumo.

La evidencia a la vez indica que la mejor solución ambiental es el uso de elementos reutilizables. Por ello, la venta a granel, en envases reutilizables, es una de las respuestas más inmediatas e importantes que podemos dar a la crisis de contaminación por plásticos y a los impactos ambientales derivados de la masificación del uso de elementos descartables.

Además, la lógica de la venta a granel ofrece otros beneficios, como fomentar la compra de cercanía, fortaleciendo la economía local, mejorar los lazos sociales, valorar lo que compramos por el producto en sí y no por su propaganda asociada a las marcas o al packaging, y hasta el acceder y probar nuevos alimentos que de otro modo probablemente no conoceríamos. Por otro lado, al no usar envases innecesarios que terminan casi instantáneamente en la basura, la venta a granel debería resultar en un ahorro económico para ambas partes. La venta a granel aporta a la concreción del objetivo de Basura Cero

Mirko Noskat es integrante del Taller Ecologista, organización que impulsa y fomenta la venta a granel, en dialogo con Conclusión sostuvo que “la venta a granel es una de las respuestas más inmediatas e importantes que podemos dar a la crisis de contaminación por plásticos y a los impactos ambientales derivados de la masificación del uso de elementos descartables. El uso de envases y recipientes reutilizables es la solución más efectiva”.

Cabe destacar que desde el Taller Ecologista consideran que la lógica de la venta a granel ofrece otros beneficios, como, por ejemplo, fomentar la compra de cercanía. “A esto debemos sumarle la mejorara en los lazos sociales, valorar lo que compramos por el producto en sí y no por su propaganda asociada a las marcas, y hasta el acceder y probar nuevos alimentos que de otro modo probablemente no conoceríamos. Además, al no usar envases innecesarios que terminan casi instantáneamente en la basura, la venta a granel debería desembocar sin lugar a dudas en un ahorro, tanto para el consumidor como para el comerciante”, concluyó.