«Nuestra especie ha tardado 3.500 millones de años para llegar a esto, hemos adquirido la capacidad de hacer algo distinto, de crear un virus inteligente», afirmó el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Argentina.

La frase del también ex ministro de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner las dijo el pasado jueves en el imponente Polo Tecnológico. Es que allí se celebró un desarrollo de los investigadores de la Fundación del Instituto Leloir y el Conicet que implica un salto gigantesco en la lucha contra el cáncer.

También, sitúa a la Argentina entre los países de avanzada y genera un enorme interés económico. Así y por primera vez en el país, se licenció una patente argentina a una empresa creada con fondos de inversión de riesgo en el exterior, para llevar adelante esta nueva inmunoterapia del cáncer que, si prueba ser eficaz y segura en ensayos clínicos, podrá ser transferida al ámbito médico.

El virus inteligente se llama UIO- 512 y está diseñado para atacar tanto las células malignas como las células asociadas al tumor, disparando además una fuerte respuesta inmune antitumoral en los organismos.

Osvaldo Podhajcer, Jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la Fundación del Instituto Leloir, dio un significado especial a este desarrollo que llevó una década de trabajo. Se refirió al apego a ciertas tradiciones para sostener la actividad científica. «El Estado tiene una responsabilidad ineludible, Argentina cuenta con tres premios Nobel en esta área que hay que respetar por lo que representan en el pasado y en el futuro».

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