Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80 % de los adolescentes en el mundo no tiene el nivel suficiente de actividad física. Ya sea para esta franja etarea o cualquier otra, la inactividad es considerado el cuarto factor de riesgo de muerte más importante en todo el mundo.

Encontrándose en el mismo nivel que la diabetes, e inmediantamente detrás de la hipertensión arterial y el tabaquismo.

Los últimos datos recolectados en la Argentina indican que, lamentablemente, la mitad de la población es sedentaria. Jugando un papel más que preponderante la vorágine cotidiana, el uso excesivo de las pantallas y las extensas jornadas de trabajo.

Conclusión entrevistó al licenciado y profesor en psicología Federico Lande para conocer en profundidad las conductas que nos llevan al sedentarismo.

-¿Cuán importante es la actividad física en los seres humanos?

-Ser humanos y tener un cuerpo es lo mismo. Éste último es el fruto de millones de años, de evolución que se forjó en la interacción entre nuestros ancestros y el entorno que les tocó enfrentar. La evidencia científica sugiere que hace 2,8 millones de años ocurrieron, y se intensificaron, cambios climáticos y geológicos orientados hacia la aridez, que transformaron en una sabana a la selva tropical originaria de África oriental, rica en frutas y vegetales. Las nuevas reglas del juego establecieron la escasez de agua y de alimentos nutritivos y que, para dar con ambos, se debían recorrer caminando y corriendo grandes superficies soleadas, ya sea para comer o sobrevivir de un cazador.

Este reglamento natural se padeció en mayor o en menor medida durante 2 millones de años hasta el descubrimiento de la agricultura hace sólo 10 mil años durante los cuales hubo grandes cambios culturales y casi una nula evolución genética, por lo que podríamos decir que existe un gran desfasaje entre nuestro diseño anátomo‒fisiológico y el uso de la actividad física.

-¿Cuánto influye el estar sentados frente a pantallas sin movilizarnos?

-Parte de estos desfasajes se vuelven más evidente con el uso que hacemos de las tecnologías. Estar un mínimo de ocho horas diarias delante de la pantalla trabajando, a las que se suman un par de horas más viendo la televisión o jugando a videojuegos, puede darnos una idea de por qué el sedentarismo es un problema creciente en nuestra sociedad. Mucho tienen que ver el estilo de vida, el uso que hace la población del tiempo libre y no con la tecnología en sí.

-¿La vorágine hace que perdamos el contacto con nuestro cuerpo?

-La vorágine hace que perdamos mucho, inclusive la salud. La falta de tiempo es una de las razones más recurrentes por las cuales las personas no realizan actividad física. Expresiones del tipo «tener demasiado trabajo», «tener demasiadas obligaciones familiares» o «no encontrar el tiempo necesario para el ejercicio» indican dificultades de este tipo. A veces el problema no es la falta de tiempo, sino el hacer un mejor uso del mismo.

-¿Por qué consideras que por lo general se comienza y rápidamente se abandona una actividad física?

-.Las estadísticas indican que aproximadamente el 50% de la gente que se inicia en la actividad física termina dejándola entre los primeros 6 meses. O sea, que sí. Inician y abandonan.

El cambio de conducta es un problema complejo. Las llamadas enfermedades de la civilización como pueden ser la diabetes tipo 2, la obesidad, etc; muestran que no es suficiente con entender intelectualmente el problema para cambiar. Es necesario reorganizar la vida en torno a valores. No es que solamente una persona se vuelve más activa; volverse más activo físicamente implica un modo distinto de pensarse en la vida.  Hasta que eso no pasa, la mayoría de los cambios son a corto plazo.

-¿Cuáles son las estrategias desde la psicología que pueden revertir el sedentarismo?

-Las estrategias dependen más de la persona sedentaria que de las técnicas que la psicología puede brindar. Cuanto más personal sea la experiencia de la actividad física mayor compromiso con la actividad. Desde donde trabajo, que es la psicología de la actividad física, las estrategias son variadas. Pueden ser cognitivas como psicoeducación y resolución de problemas, pueden ser conductuales, como plantearse diferentes tipos de metas. De cualquier manera siempre comparto orientaciones que pueden ser tenidas en cuenta: Ir a un especialista en medicina deportiva y/o educación física para evitar que se produzcan lesiones o dolores que hagan que uno abandone el ejercicio.

*Elegir la actividad física según criterios personales según las recomendaciones médicas.

*Establecer objetivos de dificultad moderada haciendo hincapié en la importancia de los progresos personales y en el establecimiento de objetivos realistas.

*Utilizar música en entrenamientos, calentamientos y tiempos muertos, ya que distrae, mejora el humor y reduce la ansiedad.

*Dedicar si es posible 150 minutos de actividad física aeróbica como caminar, trotar, nadar, andar en bicicleta, en una intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. Las sesiones deben durar 10 minutos, como mínimo.

*Utilizar criterios de evaluación sobre al progreso personal y al dominio de la actividad implicando al paciente.

*Detectar y debatir sentimientos y pensamientos negativos como: “yo no sé hacer esto”, “no sirvo para esto”, “yo no tengo resistencia”. Hay que aclarar que ninguna persona nació deportista. Concientizarse en que la actividad es mejorable a través de la práctica

*Pensar en términos de valores. Reflexionar sobre cual es el fin de hacer actividad física. Nunca voy a olvidar un paciente que me relató que se inició en el ejercicio luego de un paro cardíaco,  para poder estar sano y ver crecer y jugar con sus nietos.

-Por último una reflexión, y comentanos sobre la presentación de tu libro en noviembre.

-El libro intenta contribuir en brindar herramientas a los profesionales de la salud para que acompañen a los pacientes en el camino de la adherencia a la actividad física. Está comprobado que la actividad física es una intervención útil, de bajo costo y muchos beneficios para las personas, las comunidades y los estados. El precio que genera el sedentarismo es altísimo en todo sentido, la medicina actual es tan “efectiva” que apenas si se puede pagar. Un 20% del presupuesto del estado destinado a organismos y entidades relacionadas a la salud podría ser redefinido generando proyectos que favorezcan el desarrollo de actividades físicas recreativas. La solución lógica está en la prevención. El libro sigue ese trayecto.