Al menos 100 personas, incluidos niños, murieron en un doble atentado con coches bomba en una concurrida avenida en Mogadiscio, más de diez veces más que lo que se informó originalmente, dijo este domingo el presidente de Somalia, Hasan Sheikh Mohamud.

«Hasta ahora, las personas muertas han llegado a 100 y 300 están heridas, y la cifra, tanto de muertos como de heridos, continúa subiendo», declaró el mandatario tras visitar el sitio del ataque de este último sábado, actualizando un balance previo de nueve muertos.

Las explosiones en horas de la tarde reventaron ventanas de edificios cercanos y lanzaron esquirlas y nubes de humo y polvo al aire.

«Los despiadados terroristas mataron a madres. Algunas murieron con sus hijos a la espalda», declaró el portavoz de la policía, Sadik Dudishe, informó la agencia de noticias AFP.

El ataque ocurrió en la misma intersección donde se produjo un atentado el 14 de octubre de 2017, con un camión cargado de explosivos que dejó 512 muertos, además de 290 heridos.

«Esto no está bien. Y si Dios lo quiere, ellos no podrán efectuar otro atentado», declaró Mohamud, en referencia al grupo yihadista Al Shabaab.

Este tipo de atentado -que no fue reivindicado de inmediato- suele ser atribuido por las autoridades somalíes a los milicianos yihadistas de Al Shabaab, que atacan periódicamente la capital y las principales ciudades de Somalia.

Los yihadistas han intentado durante quince años derrocar el frágil gobierno somalí, que cuenta con apoyo internacional.

Sus combatientes fueron expulsados de la capital en 2011 por fuerzas de la Unión Africana (UA), pero el grupo continúa controlando extensiones de territorio rural y realiza ataques mortales contra civiles y militares.

Según un testigo, Abdirahman Ise, había mucha gente en la carretera en torno al Ministerio de Educación en el momento de la primera explosión.

«Vi una gran humareda en torno al ministerio, y muchos daños» indicó otro testigo, Amino Salad.

Al Shabaab revindicó la semana pasada un ataque contra un hotel en la ciudad portuaria de Kismayo, que causó nueve muertos y 47 heridos.

Estos últimos meses, estos yihadistas han aumentado su actividad en Somalia, un país muy pobre del Cuerno de África, en especial con un espectacular asalto de 30 horas de duración a fines de agosto contra un hotel de Mogadiscio.

Tras este ataque, que dejó 21 muertos y 117 heridos, el presidente Mohamud había prometido una «guerra total» para eliminar a Al Shababb.

El mandatario había instado a la población a «mantenerse al margen» de las zonas controladas por los islamistas, pues éstas iban a ser objeto de futuras ofensivas gubernamentales.

Además de la insurrección de Al Shabaab, Somalia está asimismo amenazada por una hambruna inminente, provocada por la mayor sequía registrada en el país desde hace más de 40 años.

En todo este país, 7,8 millones de personas -es decir, la mitad de la población- está afectada por la sequía, y 213.000 están en peligro de gran hambruna, según la ONU.