El acuerdo, con un fuerte significado simbólico en la primera economía europea, fue anunciado en la madrugada de este martes.

La patronal de ese sector, que incluye a la industria automovilística, señaló en un comunicado que se trataba de un «compromiso llevadero» aunque con «elementos dolorosos».

El acuerdo es fruto de semanas de negociaciones y de huelgas en las fábricas por parte del sindicato sectorial IG Metall, que exigía, entre otras cosas, una mayor flexibilidad para los asalariados a la hora de organizar su tiempo de trabajo.

Con respecto al pedido para organizar sus tiempos laborales, los trabajadores obtuvieron una apertura importante y de alto valor simbólico con la generalización del derecho al tiempo parcial de 28 horas por semana.

De ahora en adelante, los empleados del sector con al menos dos años de antigüedad en su empresa podrán solicitar esa reducción de la semana laboral por un periodo de entre seis y 24 meses, tras el cual tendrán garantizado poder volver a su puesto a tiempo completo.

Se trata de un progreso para el sindicato IG Metall, que no obtuvo sin embargo otra de sus reivindicaciones claves: que los asalariados que se beneficien de esa medida cobren una compensación financiera parcial por parte de su empresa.