El Banco Central de Alemania está asegurando el proceso para repatriar el oro que el país almacena fuera de sus fronteras y avanza a un ritmo «considerablemente más rápido del que tenía programado» en su plan original, que estipulaba su intención de volver a almacenar la mitad de sus reservas de ese metal precioso en 2020.

El Bundesbank puso en marcha ese proyecto en 2013 y, hasta el pasado 31 de diciembre, retiró 300 toneladas de oro de Nueva York y 283 de París, mientras que planea recobrar las 91 restantes que se encuentran en la capital de Francia, antes de que termine este año, según ha confirmado Carl-Ludwig Thiele, un miembro de su junta directiva.

Con los ojos en Washington

Cuando termine estas operaciones, Alemania tendrá 3.381 toneladas de oro en Fráncfort, 1.236 en la Reserva Federal de Estados Unidos y 432 en el Banco de Inglaterra. Thiele reconoció que los germanos han mantenido «discusiones» sobre las consecuencias económicas que podrían tener las decisiones que tome el mandatario norteamericano, Donald Trump, aunque a su entidad no le preocupa el futuro ‘Brexit’ porque estima que Londres es un mercado clave y seguro para vender ese metal precioso.

Algunos economistas aseguran que ese oro repatriado sería necesario para respaldar un nuevo marco alemán si la eurozona se desploma. Estos temores se basan en las llamadas abiertas a abandonar el euro, como las opiniones que manifiesta la candidata presidencial francesa, Marine Le Pen, o el Movimiento 5 Estrellas de Italia.

Durante la guerra fría, Alemania Occidental envió el 98 % de sus lingotes al extranjero. Hasta el momento, la mayor repatriación de oro que realizaron los teutones había tenido lugar en 2000, cuando el Bundesbank retiró 931 toneladas del Banco de Inglaterra.