El presentador y locutor estadounidense Alex Jones, fue condenado por un tribunal del Estado de Connecticut a pagarles 965 millones de dólares a los familiares de las víctimas de un tiroteo ocurrido en 2012 en la escuela primaria Sandy Hook que dejó un saldo de 20 niños y 6 adultos muertos.

La razón de la condena se asienta en que durante años, Jones aseguró que la masacre había sido un complot del Gobierno para quitarles las armas a los estadounidenses, además de afirmar que nadie había muerto y lo halló culpable por difamación.

La demanda fue introducida por los familiares de ocho de las víctimas y por un agente del FBI que en aquel momento respondió al ataque.

En uno de los argumentos finales, el abogado de los demandantes, Chris Mattei señaló que “cuando cada una de estas familias se ahogaba en el dolor, Alex Jones puso su pie justo encima de ellas».

El acusado, por su parte, dijo que el proceso fue un «juicio espectáculo» dirigido por un juez «tirano» y argumentó que él no tenía la culpa de las acciones de sus seguidores.