La Unión Europea (UE) aprobó retrasar el Brexit por tercera vez, extendiendo el plazo tres meses, hasta el 31 de enero, para evitar un divorcio caótico apenas tres días antes de que el Reino Unido se convirtiera en el primer país en abandonar el bloque.

La extensión dio aire pero ninguna certidumbre al Reino Unido y la UE, ya que los políticos británicos inmediatamente empezaron a usar el tiempo de descuento para hacer lo que han hecho desde hace tres años y medio: pelearse por el Brexit.

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Con la prórroga aceptada, el primer ministro británico, Boris Johnson, intentó convocar elecciones anticipadas como forma de romper el punto muerto político en torno a la estancada salida del Reino Unido de la UE, pero el Parlamento rechazó su iniciativa.

La moción de Johnson de que ir a las urnas el 12 de diciembre fue rechazada por los diputados por 299 votos contra 70, bien lejos de las dos terceras partes de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes que se necesitaban para aprobarla.

De todos modos, una elección mucho antes que la próxima -prevista para 2022- parece inevitable si el Reino Unido quiere zanjar la disputa entre un premier que promete concretar el Brexit «a matar o morir» y un Parlamento que lo ha frustrado repetidamente.

Johnson, que quiere que antes de las elecciones el Parlamento vote el acuerdo de divorcio que alcanzó con la UE, dijo a los diputados que mañana volverá a intentarlo usando un procedimiento distinto: una ley que sólo necesite mayoría simple para ser aprobada.

«Esta cámara no puede tener más de rehén al país», señaló Johnson.

«No podemos con esta demora interminable», agregó, citado por BBC.

Sin embargo, un nuevo retraso está por delante luego de que la UE decidiera hoy extender el Brexit.

Tras una breve reunión de embajadores de la UE en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tuiteó que los otros 27 países del bloque habían aceptado «la petición del Reino Unido de una extensión flexible del Brexit al 31 de enero de 2020».

Según los términos de esta «extensión flexible», el Reino Unido podrá abandonar la UE antes del 31 de enero -el 1 de diciembre o el 1 de enero- si el Parlamento británico y el Parlamento Europeo ratifican el acuerdo de divorcio, dijo Tusk.

La decisión fue bienvenida por políticos en el Reino Unidos y la UE tras meses de crisis por el Brexit, pero no por Johnson, que había dicho que prefería «estar muerto en una zanja» que posponer la fecha de salida del 31 de octubre.

Sin embargo, el Parlamento británico forzó este mes al premier a pedir una extensión a la UE para evitar una salida sin acuerdo, algo que sería muy perjudicial para la economía del Reino Unido y el bloque, según especialistas.

Cumpliendo con la formalidad necesaria para que la extensión entre en vigor, Johnson respondió hoy por escrito a la UE que aceptaba la prórroga concedida, pero dijo que lo hacía obligado por ley y ratificó que su intención era abandonar el bloque este jueves.

En su carta de respuesta, Johnson habló de una «prolongación no deseada» e «impuesta», y exhortó a la UE a «dejar en claro que no es posible otra extensión después del 31 de enero».

La prórroga marca el tercer retraso de la fecha prevista del Brexit desde que los británicos decidieron poner fin a cinco décadas de pertenencia a la UE en un referendo en 2016.

Johnson, que hizo campaña a favor del Brexit antes del referendo, asumió en julio pasado con la promesa de «concretar el Brexit», luego de que su antecesora conservadora, Theresa May, renunciara tras fracasar en ese mismo intento.

El Parlamento rechazó tres veces el acuerdo de retirada que May había sellado con la UE, y el bloque tuvo que aplazar entonces la fecha inicial del Brexit del 29 de marzo, primero a abril y luego a octubre.

Johnson renegoció parcialmente el acuerdo de divorcio pero enfrentó las mismas dificultades, y el Parlamento terminó bloqueando su intento de ratificar el acuerdo con un trámite parlamentario exprés y lo obligó a pedir la extensión a la UE.

Johnson confía en que su Partido Conservador obtenga una mayoría parlamentaria si hay nuevas elecciones, para que esto le permita aprobar el acuerdo y, finalmente, sacar al Reino Unido de la UE.

Partidos opositores también quieren elecciones, pero rechazan la exigencia de Johnson de votar antes el acuerdo con la UE.