El próximo 22 de agosto tendrá lugar en Johannesburgo -Sudáfrica-, una nueva Cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que podría ser histórica en este cambio evidente del orden mundial. Las dos grandes decisiones de la Cumbre BRICS son: crear los BRICS+ (BRICS PLUS), admitiendo nuevos países miembros; y segundo: acordar un Sistema de Pagos Internacionales sin usar el dólar.

Como parte del formato Brics Plus, ya han estado participando oficialmente de las charlas previas autoridades de Kazajistán, Arabia Saudita, Argentina, Irán, Egipto, Indonesia, Nigeria, Senegal, Emiratos Árabes Unidos y Tailandia. Serían estos países los que en un primer momento se unirían de manera instantánea al momento de aprobarse la creación de este agrupamiento.

Las principales modalidades de cooperación entre los países BRICS+ podrían involucrar lo siguiente: ser una plataforma para la integración del comercio y las inversiones, apoyar la cooperación en organizaciones internacionales.

Además, se propone la cooperación entre bancos de desarrollo y otras instituciones de desarrollo formadas. A ello se suma el uso de monedas nacionales/sistemas de pago, y la cooperación en el establecimiento de monedas de reserva propias/centros financieros regionales y globales.

Circulo BRICS+

Los principales bloques de integración regional que podrían formar la plataforma BRICS+ incluyen Mercosur, Unión Aduanera de Sudáfrica (SACU), EEU, SAARC, así como el TLC China-ASEAN.

En total, en tal escenario, 35 países forman el círculo BRICS+: SACU: Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica, Swazilandia; SAARC (miembros de SAFTA) [1] : Afganistán, Bangladesh, Bután, India, Maldivas, Nepal, Pakistán, Sri Lanka; TLC China-ASEAN: China, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar, Camboya; EEU: Rusia, Kazajstán, Bielorrusia, Armenia, Kirguistán; Mercosur (miembros principales y miembros adherentes): Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Venezuela.

El Grupo BRICS fue creado en 2006 (inicialmente sin Sudáfrica) y terminó de conformarse en la Primera Cumbre de 2009, en plena Crisis de 2008/2009, que devastó la economía occidental. En poco tiempo los BRICS se ubicaron como un contra-poder «tercermundista», frente al G7 (EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá).

Economías tercermundistas

Desde entonces el poderío económico del grupo BRICS no ha parado de crecer, principalmente gracias a China e India, que se han convertido respectivamente en la primera y la tercera economías del mundo (PBI-PPA, base de datos del Banco Mundial), quedando EEUU en segundo lugar y Alemania y Reino Unido en cuarto y quinto, respectivamente.

Pero además, las tendencias económicas indican que en los próximos años, las economías tercermundistas seguirán creciendo más que las del G7, especialmente en Asia (aunque también en África), reduciendo sustancialmente el porcentaje de la actividad económica mundial (producción, consumo, finanzas) en cabeza de Estados Unidos y Europa, algo que no sucedía desde que Europa conquistó América luego de la llegada de Colón en 1492.

Hay que tener muy en cuenta que el BRICS es mucho más que los cinco países mencionados en la sigla, porque el BRICS es un ámbito articulado con un entramado de iniciativas internacionales socioeconómicas que se están multiplicando geométricamente, como la muy poderosa Organización de Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática, la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), la Nueva Ruta de la Seda (abarca 151 países), el Nuevo Banco de Desarrollo (un FMI paralelo), la Asociación de la Gran Eurasia y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), con lazos considerables también con África, en primer lugar y América Latina.

La Guerra Comercial y el proceso de desglobalización iniciado por Estados Unidos contra China, durante la presidencia de Donald Trump, busca aislar a China de ese entramado económico, pero parece poco probable que pueda evitar lo que la Conferencia de Seguridad de Munich 2021, la máxima instancia en materia de seguridad de Occidente llama el proceso de «Desoccidentalidad» (Westlessness), considerado como la mayor amenaza a la seguridad de Occidente.

El crecimiento en número de los BRICS+ le daría obviamente al grupo un papel muy relevante en el orden mundial, pero al mismo tiempo lo enfrentaría a la necesidad de establecer mecanismos para gestionar de manera equitativa las diferencias entre sus miembros y evitar así que las fricciones internas hagan estallar al grupo.

Con aportes de Pepe Robles