Tras una reunión de más de dos horas entre los presidentes de Chile, Michelle Bachelet, y de Ecuador, Rafael Correa, este último llamó a que la disputa con Bolivia por una salida al mar se resuelva «de forma pacífica, en el marco del derecho internacional», y la mandataria dejó sentado que no existen asuntos territoriales pendientes.

En una declaración de prensa conjunta, Correa sostuvo que «siempre vamos a impulsar la hermandad latinoamericana y todos nuestros deseos para que cualquier conflicto, cualquier discordia entre países hermanos se solucione por los medios pacíficos, en el marco del derecho internacional».

«Nuestros cariños para Bolivia y para Chile para que se resuelvan esas controversias de forma pacífica y de la mejor manera», añadió en la posterior conferencia de prensa conjunta.

En esa línea pidió «que algún día se cumpla el sueño de la patria grande, sin fronteras, con libre movilidad de bienes, personas en todo el continente. Pero nuestro corazón con Bolivia y Chile es que esa controversia se procese de la forma más amigable posible, mas fraterna posible, para beneficio del pueblo boliviano, chileno y latinoamericano».

Bachelet evitó referirse al tema marítimo en la rueda de prensa, pero minutos más tarde ambos países oficializaron el comunicado conjunto de 25 puntos cuyo ítem 24 sostiene: «Respecto a la demanda interpuesta por Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia, relativa a su aspiración marítima, Chile hizo presente que entre ambos países no existen asuntos territoriales pendientes».

Antes de su visita a Ecuador, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, que acompañó a Bachelet, señaló que la mandataria plantearía con «la mayor sinceridad» los puntos en que ambos gobiernos están en desacuerdo.

Aludía así a las declaraciones de Correa en la cumbre medio ambiental de Cochabamba, Bolivia, en la que la semana pasada consideró «justa» la demanda marítima boliviana contra Chile.