El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, calificó de «histeria» las medidas de reducir las aglomeraciones de público contra el coronavirus y sostuvo que lo más importante es mantener la economía funcionando para evitar un mayor desempleo.

La declaración se dio en medio de la disputa con el Congreso, cuyos líderes lo cuestionaron por ser irresponsable ante la salud pública. Bolsonaro, estando en cuarententa por coronavirus, salió ayer a saludar durante una hora a decenas de seguidores en la puerta del Palacio del Planalto en el marco de las protestas a favor del cierre del Congreso que hicieron manifestantes de la extrema derecha oficialista.

«Cuando se prohíben partidos de fútbol y otras cosas, se parte para la histeria. Prohibir una cosa acá, otra allá, no va a contener la expansión», dijo Bolsonaro a CNN Brasil.

El mandatario, que había dicho que el coronavirus era una «fantasía», ahora afirmó que el gobierno «debe tomar medidas porque lo del virus puede ser más grave». «Pero la economía tiene que funcionar, porque si no tendremos una ola de desempleo. El desempleo lleva a las personas a no alimentarse bien y quedan sensibles. Infectadas, pueden morir», sostuvo.

El Ministerio de Salud contabilizó anoche 200 casos, justamente cuando Bolsonaro salió a saludar a los seguidores. El ministro de Salud, Luiz Mandetta, dijo que Bolsonaro lleva cuarentena recomendada, no obligatoria, desde el martes pasado.

Aún cursando su segunda semana de cuarentena, el mandatario rompió las medidas sanitarias para unirse a una multitud de seguidores y estrechar con ellos las manos.

Sin barbijo ni guantes, Bolsonaro decidió desobedecer las recomendaciones médicas de guardar cuarentena, ante la sospecha de haber contraído el Covid-19, luego que a cuatro de sus asesores más cercanos les hubiera dado positivo el análisis.

Bolsonaro se concentró en la disputa por el presupuesto contra el presidente de Diputados, Rodrigo Maia, y del Senado, Davi Alcolumbre. «Me gustaría que ellos salgan a las calles para ver si los apoya el pueblo», desafió, tras una jornada en la que sus seguidores pidieron cerrar el Congreso y la Corte Suprema «contra la corrupción» en varias ciudades del país, incluso contra recomendación médica.

Maia y Alcolumbre criticaron la «irresponsabilidad y el «atentado a la salud pública» que le atribuyeron al presidente Jair Bolsonaro por haber participado de una manifestación.

«La gravedad de la pandemia exige de todos los brasileños, incluso del presidente de la República, que haya responsabilidad», planteó Davi Alcolumbre.