Brasil superó el martes por primera vez la trágica cifra de 4.000 muertes por Covid-19 en 24 horas, un avance descontrolado de la pandemia descrito por los expertos como un «Fukushima biológico».

«Es un reactor nuclear que ha desencadenado una reacción en cadena y está fuera de control. Es un Fukushima biológico», advirtió Miguel Nicolelis, neurocientífico brasileño, que asesoró a varios gobernadores y alcaldes sobre el control de la pandemia.

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El país registra un promedio de muertes de 2.775 en los últimos siete días, lo que supone un aumento de un 22 % frente a la media de hace dos semanas.

Los expertos, además, calculan una tendencia al alza y según Nicolelis, con el avance de la enfermedad y la llegada del invierno, Brasil va camino de alcanzar las 500.000 muertes en mayo o junio.

Desde el comienzo de la pandemia, el país ya ha superado los 13 millones de contagios (13.193.205) y registrado 340.776 decesos, lo que le convierte en el segundo país con mayor número de fallecidos en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos, donde más de 555.000 personas perdieron la vida.

Este miércoles se reportaron 3.412 muertos y 92.625 nuevos casos por coronavirus en el gigante Sudamericano.

El experto explica que mientras en Brasil la curva va en aumento, en Estados Unidos hay un número constante de fallecidos diarios.

«Es muy grande la posibilidad de sobrepasar a Estados Unidos desde el punto de vista de muertos diarios, pero todo nos lleva a pensar que es posible que le sobrepasamos también en el número total de muertos», afirmó.

Los analistas relacionan el rápido aumento de muertes y contagios en el país con la nueva variante P.1, que surgió en enero en Manaos, en el estado de Amazonas, y que además de ser mucho más contagiosa afecta más a los jóvenes.

Según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), de enero a marzo, hubo un aumento de casos de un 565,08 % entre las personas de 30 a 39 años, mientras que en la franja de 40 a 49 años, el salto fue de un 626 %.

«Nuestros riesgos son gigantes y el mundo descubrió que Brasil es una bomba de relojería, un laboratorio a cielo abierto con 100.000 casos diarios, un número explosivo de mutaciones y cuantas más mutaciones más posibilidades de nuevas variantes y algunas de ellas, evidentemente, van a ser más peligrosas«, precisó.

Mientras, la campaña de vacunación, objeto de muchas críticas por su lentitud, ha ido avanzando en los últimos días y 20 millones de personas, de 212 millones de habitantes, ha recibido la primera dosis, lo que representa un 9,8 % de la población.

Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a reiterar este miércoles que los brasileños «no pueden quedarse en casa».

Sin mascarilla, el presidente dejó claro que no implementará un confinamiento a nivel nacional, aconsejado por los expertos para frenar el virus, y defendió la apertura de los templos y las iglesias.