Como todas las semanas, Conclusión TV emitió un nuevo programa de Café Internacional, el programa dedicado al análisis de la política mundial y los principales sucesos globales. En esta oportunidad, Emilio Ordoñez y Santiago Toffoli conversaron sobre el retorno de Brasil a la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), después del anuncio de Argentina en la misma dirección.

El presidente brasileño Luiz Inácio Da Silva firmó el decreto que oficializa el regreso de su país al organismo, algo que había sido prometido en su campaña electoral de 2022. Con esta medida se revierte la salida de los dos países más importantes del bloque, ocurrida en 2019 durante los gobiernos de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. En ese momento, ambos ex mandatarios adujeron que su decisión de salir de UNASUR obedecía a la “ideologización del bloque”. Brasil resolvió abandonar el organismo el mismo día que lo hizo Bolivia bajo el gobierno de facto de Jeanine Áñez.

Hasta ahora, los miembros que forman parte de UNASUR son Bolivia, Venezuela, Guyana, Surinam y Perú, que se encuentra suspendido. El resto de los doce Estados de Sudamérica decidieron abandonar el bloque, cuando en el continente proliferaron gobiernos conservadores y de derecha.

Con el retorno de Argentina y Brasil, se espera que UNASUR experimente una revitalización y pueda hacer frente a los múltiples desafíos que demandan una mayor coordinación entre los países de la región. Además, está presente la expectativa para que se impulse la re-adhesión de gobiernos aliados, como el de Gustavo Petro en Colombia y el de Gabriel Boric en Chile.

La Unión de Naciones Sudamericanas, creada en 2008, fue protagonista de varios sucesos en la primera década del presente siglo. Por mencionar algunos, tuvo un rol importante en la crisis boliviana de 2008, cuando los cuatro departamentos de la denominada Medialuna realizaron un intento de secesión contra el gobierno de Evo Morales; también UNASUR medió entre Ecuador y Colombia, cuando el Ejército colombiano violó el espacio territorial ecuatoriano para asesinar al dirigente de las FARC Raúl Reyes; y el bloque, además, intervino en la crisis ecuatoriana de 2010, cuando hubo un intento de secuestro y golpe de Estado contra Rafael Correa.

UNASUR, luego de la paralización por el abandono masivo de los gobiernos conservadores, vuelve a contar con sus dos socios más grandes, por lo que se espera que pronto se concreten medidas para poner en marcha de nuevo a la organización.

En segundo término, se volvió a abordar la cuestión de Taiwán, uno de los conflictos latentes en la arena internacional. La presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, visitó Guatemala y Belice, dos de los trece países que aún mantienen relaciones con su país. El viaje de la dirigente asiática se da luego de que Honduras cambie el reconocimiento oficial de Taiwán a la República Popular China; país que considera a la isla como una provincia rebelde y parte inalienable de su territorio.

No obstante, antes de llegar a América Central, Tsai Ing-wen aterrizó en California donde otorgó una conferencia de prensa junto al presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Kevin McCarthy, con la presencia de dirigentes de ambos partidos del esquema político estadounidense.

Este hecho generó las protestas de China, que toma los acercamientos de Estados Unidos a Taiwán como provocaciones. Como respuesta, el Ejército chino realizó ejercicios militares que cercaron a la isla por agua y por aire durante 72 horas. Días más tarde, Estados Unidos puso en marcha ejercicios conjuntos con Filipinas, país donde abrió cuatro bases militares adicionales a las 5 que tenía, y que se encuentra cerca de Taiwán.

El conflicto taiwanés tiene múltiples ramificaciones y se anuncia como una de las arenas donde China y Estados Unidos pondrán a jugar su poder. En una visita a Beijing, el presidente francés Emmanuel Macron sostuvo que Europa no puede verse implicada en conflictos que no tienen que ver con sus intereses y que su accionar no puede reducirse a “seguir a Estados Unidos”. Esto deja en claro que si Washington se involucra en Taiwán, probablemente no tenga el apoyo de algunos países de Europa.

Finalmente, Ordoñez y Toffoli abordaron el panorama preelectoral en Paraguay, que celebrará elecciones presidenciales y legislativas el día 30 de abril. El país vecino irá a las urnas para decidir si la Asociación Nacional Republicana, más conocida como el Partido Colorado, sigue ejerciendo la hegemonía política o si la opositora Concertación por un Nuevo Paraguay puede arrebatarle el poder.

Por el Partido Colorado se candidatea Santiago Peña, Ministro de Finanzas del ex Presidente Horacio Cartes. Su partido gobernó durante 76 años el país, incluído el período en el cual fue sostén de la dictadura de Alfredo Stroessner, que duró de 1954 a 1989. La coalición opositora, la cual incluye partidos conservadores y partidos progresistas, lleva como candidato a Efraín Alegre, quien competirá por tercera vez para la Presidencia paraguaya.

Hay dos cuestiones a tener en cuenta, al menos preliminarmente. La primera es la interna colorada entre Horacio Cartes y el actual presidente, Mario Abdo Benítez. Ambos entraron en conflicto por las candidaturas, imponiéndose finalmente la propuesta por el ex mandatario. Sin embargo, el otro factor importante fueron las sanciones de Estados Unidos: en agosto de 2022, el Departamento de Estado de aquel país denunció a Cartes y al Vicepresidente actual, Hugo Velázquez, candidato propuesto por Abdo Benítez, por causas de corrupción.

Si bien las encuestas varían, se considera que habrá un escenario de paridad entre los dos principales contendientes, a la espera del desempeño de otras candidaturas como la del ex Senador Payo Cubas, la del ex Ministro del Interior Euclides Acevedo, y la del ex arquero de Vélez Sarsfield, José Luis Chilavert.

Estos temas y todas las novedades sobre la política internacional se pueden seguir de cerca en Café Internacional, programa que sale al aire de Conclusión TV todos los miércoles a las 19.