California decretó cuarentena obligatoria para los casi 40 millones de personas que viven en ese estado norteamericano, al tiempo que el estado de Nueva York ordenó que todos los empleados no esenciales dejen de acudir a sus trabajos para reducir la propagación del coronavirus, que en Estados Unidos afecta a más de 16.000 personas.

El gobernador de California, Gavin Newsom, firmó el decreto en un momento en que los casos confirmados de coronavirus rondan el millar y los muertos ascienden a 19 en ese estado. «Es hora de que todos reconozcamos que necesitamos hacer más», destacó el gobernador de la principal economía de Estados Unidos en un comunicado difundido a la prensa.

La medida obliga a los residentes en California a permanecer en casa excepto en caso de necesidades «esenciales», para lo que estarán abiertos locales de alimentos, bancos, farmacias, restaurantes que envían comida a domicilio y estaciones de servicio.

La decisión se tomó después de que el gobernador advirtiera al presidente Donald Trump que probablemente más de la mitad de los californianos se infectarán con el virus en los próximos meses, si no se toman medidas más extremas.

California proyecta que el 56% de sus residentes (25,5 millones) se infectará con el nuevo coronavirus en las próximas ocho semanas, según el comunicado. El millar de casos y los 19 muertos por Covid-19 sitúan a California como el tercer estado màs castigado del país por la pandemia, detrás de Nueva York y del estado de Washington.

El estado de Washington, en el extremo noroeste del país, sigue teniendo el mayor número de víctimas mortales del Covid-19, con 74 fallecidos, seguido de Nueva York, con 29. Pero el estado con más casos reportados es Nueva York con 7.102 positivos, 2.950 más que el día anterior.

Por eso, el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Como, decretó hoy que todos los empleados de servicios no esenciales deberán dejar de acudir a sus puestos y trabajar desde sus hogares.

«Solo los negocios esenciales funcionarán. La gente puede trabajar desde casa (…), pero solo los negocios esenciales pueden tener a trabajadores en sus puestos», explicó el gobernador Cuomo, al presentar una política que bautizó como «Nueva York en Pausa» y que entrará en vigor el domingo por la noche. Según dijo, habrá multas y cierres obligados para las empresas que no cumplan.

«Estas medidas serán aplicadas. No son recomendaciones», insistió. Entre los servicios esenciales que quedan excluidos figuran, entre otros, supermercados y farmacias, dijo.

Además, Cuomo ordenó que se cancele toda reunión no esencial y cualquier concentración de personas en las calles, que se mantenga la distancia con toda persona en público y que se evite en todo lo posible el uso del transporte público.

Las reglas son más estrictas para grupos de riesgo, que incluyen a mayores de 70 años y a aquellos con problemas de salud previos. Ellos deberán permanecer en sus domicilios salvo para hacer ejercicio en solitario, tomar la temperatura de cualquier persona que les visite y usar una mascarilla siempre que estén con alguien, entre otras cosas.

En el caso de los individuos, por ahora no se prevén multas o sanciones, pero Cuomo confió en que todo el mundo respete las medidas. La idea es que todo el mundo permanezca en sus domicilios todo lo posible, aunque no se impide a nadie que, por ejemplo, salga a tomar el aire.

Cuomo insistió en que no se puede exigir a la gente que esté las 24 horas en casa por un periodo de tiempo que aún no está claro y que podría ser de «meses». Según subrayó, las acciones en Nueva York son las más estrictas de todo el país, en respuesta al alto número de casos que se registra en el estado.

Del total de 7.102 casos en el estado, más de la mitad, 4.408, se concentran en la ciudad de Nueva York, donde ha habido casi 2.000 nuevos casos en las últimas 24 horas.