El gobierno de Chile insistió hoy en que el viaje que realizará el domingo una delegación boliviana a los puertos de Arica y Antofagasta es una visita privada, porque su agenda no fue pactada con las autoridades chilenas, mientras la prensa paceña visitó garages para camiones bolivianos clausurados, uno de los motivos de la gira oficial de La Paz.

La presidenta Michelle Bachelet, que se encuentra en Arica, explicó que «hay formas diplomáticas cuando se trata de visitas oficiales» que en esta ocasión no se han cumplido, por lo que «Chile entiende que se trata de una visita privada».

El canciller chileno, Heraldo Muñoz, apuntó en la misma dirección y recalcó que hasta ahora Bolivia ha notificado el viaje que se iniciará este domingo y se extenderá hasta el martes, pero sin dar mayores detalles.

«Hasta ahora no se ha logrado concordar una visita de trabajo, que requiere la conformidad de ambas partes y un programa. Mientras eso no ocurra tomamos nota de la comunicación; es un paso importante, pero todavía constituye una visita privada», afirmó Muñoz en una rueda de prensa.

Agregó que, pese a tratarse de una visita privada, el gobierno chileno le otorgará a la misión boliviana resguardo policial «porque somos un país abierto, libre, democrático y fiel a nuestra actitud de buena vecindad».

Las autoridades bolivianas confirmaron ayer que una delegación encabezada por el canciller David Choquehuanca, visitará los dos puertos del norte de Chile, para verificar las denuncias de maltratos hechas por camioneros y el cumplimiento del libre tránsito para la carga boliviana fijado en el Tratado de Paz y Amistad firmado en 1904.

Por su parte, periodistas del diario paceño La Razón, visitaron Arica y hablaron con los propietarios bolivianos de tres garages clausurados, no así un cuarto de dueño chileno, lo que desató un problema bilateral debido a los perjuicios que ocasiona al transporte pesado, dijeron.

Para ser reabiertos deben cumplir con exigencias de pavimentación, construcción de techos y muros perimetrales en áreas de hasta cuatro hectáreas, mientras uno de propietario chileno permanece funcionando, señaló el periódico.

Los estacionamientos Don Pato, San José, Santos y Popeye fueron clausurados ante quejas de vecinos por el polvo que generan los camiones y dificultades en el tránsito, y sus dueños expresaron malestar porque según Vania Quispe, uno de ellos, les significaría gastos de al menos 600.000 dólares.