La Comisión Iraquí de Derechos Humanos denunció hoy que nuevas manifestaciones fueron reprimidas en dos provincias del sur de Irak y al menos seis civiles fallecieron y otros 158 resultaron heridos, lo que eleva a 340 los muertos desde que comenzó la ola de protestas el mes pasado y el gobierno respondió con el despliegue masivo de fuerzas de seguridad.

El organismo, que es público e independiente, informó que al menos tres personas murieron y otras 87 resultaron heridas en el puerto de Um Qasr, el principal de Irak y ubicado en la provincia de Basora, según un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

Por otro lado, otros tres manifestantes fallecieron y 71 resultaron heridos en la provincia de Di Qar.

La comisión volvió a pedirle al gobierno nacional que detenga esta ola de violencia y, además, preservar los puertos y campos petroleros, que son «una riqueza nacional para todo el pueblo iraquí».

La mayor parte de las reservas de petróleo de Irak se concentra en el sur del país, especialmente en las provincia de Basora, Maysan y Di Qar.

Desde principios de octubre, las protestas en Irak han tenido como blanco instalaciones de vital importancia para la economía porque una de las reivindicaciones es que los beneficios del «oro negro» se destinen a mejorar los servicios públicos en Irak.

Las manifestaciones son el reflejo de un descontento popular que viene de lejos, sobre todo en las provincias del sur del país, debido a la falta de oportunidades económicas y de servicios básicos públicos.