La Justicia francesa condenó este miércoles a prisión perpetua sin libertad condicional a Salah Abdeslam, el único miembro con vida de los comandos yihadistas que el 13 de noviembre de 2015 mataron a 130 personas en París y la vecina Saint-Denis, después de que esta semana finalizara un proceso que duró 10 meses.

Seis años después del peor ataque en París desde la Segunda Guerra Mundial, los 20 acusados conocieron sus condenas, que van desde los dos años de prisión a prisión perpetua sin libertad condicional.

La lectura del veredicto tuvo lugar en un Palacio de Justicia abarrotado, por la presencia de supervivientes y de familiares de víctimas, así como de numerosos periodistas.

Abdeslam recibió la mayor pena, aplicada únicamente en cuatro ocasiones en Francia, pese a los esfuerzos de su defensa por presentarla como una «pena de muerte social» y asegurar que renunció a inmolarse la noche del ataque.

«No soy un asesino y si me condenan por asesinatos, cometerían una injusticia», dijo el lunes el francés de 32 años, que presentó de nuevo sus «disculpas» a los sobrevivientes y a los familiares de las víctimas.

«La opinión pública piensa que yo estaba en las terrazas, disparando a la gente, que estaba en el Bataclan. Ustedes saben que la verdad está en el sentido contrario», urgió Abdeslam al tribunal, antes de que se retirara a deliberar.

Para la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT), el principal acusado, detenido en Bélgica el 18 de marzo de 2016, cuatro días antes de los atentados de Bruselas, sí intentó activar su cinturón de explosivos.

La mayoría de los otros 13 acusados presentes -seis son juzgados en rebeldía- también reiteraron su «arrepentimiento» o sus «disculpas» y algunos expresaron sus «condolencias» a las víctimas. Muchos dijeron «confiar en la justicia».

El día del terror

Los atentados conmocionaron al país y al mundo en 2015, cuando un comando yihadista arremetió con armas y bombas contra seis restaurantes y bares, la sala de conciertos Bataclan y el Estadio Nacional de fútbol, en las afueras de París.

El atentado se produjo en un contexto de ataques en Europa, cuando una coalición internacional luchaba contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Miles de sirios llegaban a su vez a suelo europeo huyendo de la guerra en su país.

La prisión perpetua «real» se aplica en muy pocos casos en Francia. Solo se ha decretado en cuatro ocasiones desde su instauración en 1994, para condenados por matar a niños, tras violarlos o torturarlos.