La urgencia por iniciar el proceso de formación de Gobierno crecía este martes en Alemania, donde los partidos celebraban sus primeras reuniones tras los recientes comicios y las tensiones se multiplicaban en el bloque conservador de la canciller saliente, Angela Merkel, tras la peor elección de su historia.

El Partido Socialdemócrata (SPD) del líder Olaf Scholz, la fuerza de centroizquierda que ganó las elecciones del domingo por estrecho margen, se manifestó deseoso de un pronto comienzo de las conversaciones con dos partidos menores que aparecen como los que podrían definir la formación del futuro Gobierno.

Del lado de la Unión, el bloque de Merkel, que alcanzó su mínimo histórico desde 1949 con bastante menos que el 30% de los votos, se multiplicaban las recriminaciones hacia el candidato perdedor Armin Laschet, que no ha hecho un claro mea culpa tras la derrota ni aceptado renunciar a la sucesión de la canciller saliente en la Jefatura de Gobierno.

Ya que ni el SPD ni la Unión, los principales partidos de Alemania, quieren renovar la «gran coalición» con la que gobernaron el país 12 de los últimos 16 años, el futuro del próximo Gobierno podría estar en manos del partido ecologista los Verdes y el liberal Demócratas Libres (FDP), cuyas bancas darían mayoría parlamentaria al bloque con el que se aliaran.

Los líderes de los Verdes y del FDP tienen previsto reunirse esta semana para buscar consensos antes de evaluar propuestas de alianzas de potenciales aliados.

«Los Verdes y los Demócratas Libres fueron invitados por nosotros para celebrar conversaciones exploratorias ya, esta semana si quieren», dijo este martes el líder de la bancada parlamentaria del SPD, Rolf Muetzenich, al inicio de un encuentro de diputados electos y salientes del partido, informó la agencia de noticias DPA.

El jefe de la bancada de Los Verdes, Anton Hofreiter, dijo por su parte que el resultado «más probable» del proceso de consultas era la formación de un Gobierno de coalición con el SPD y el FDP.

«Debatiremos (la composición del gobierno) con todos los partidos demócratas, pero es más probable que al final lleguemos a (la coalición denominada) ‘Semáforo'», dijo Hofreiter ante la prensa, refriéndose a los colores de los partidos que conformarían el futuro gobierno: rojo (SPD), amarillo (FDP) y verde.

Scholz, vicecanciller saliente, dijo este lunes que quería que el nuevo Gobierno esté listo para antes de Navidad dentro de lo posible. Formar una coalición de Gobierno puede llevar semanas e incluso meses en Alemania hasta que los partidos se pongan de acuerdo primero en aliarse y luego en torno al reparto de Ministerios.

La Unión de Laschet también celebraba este martes su primera reunión poselectoral, en medio de crecientes tensiones y descontento con el candidato derrotado, que insiste en que podría formar Gobierno dado que el FPD es un partido de derecha con un programa más parecido al de su bloque que al del SPD.

Es probable que este encuentro del grupo conservador se vuelva una suerte de tribunal que juzgue a quien encarna la erosión de un bloque que perdió nueve puntos desde las elecciones precedentes, en 2017. Un resultado que ya entonces fue considerado como decepcionante.

Michael Kretschmer, gobernador del estado de Sajonia, fue quien abrió las hostilidades: «Los electores nos han dicho de manera clara ‘que la CDU no es la primera opción’. Actuar como si nada hubiera ocurrido nos llevaría a la ruina», advirtió.

«No creo que podamos pretender dirigir el próximo gobierno», añadió otro ‘barón’ del partido, Norbert Röttgen.

“¡Perdimos. Punto final!», se hizo eco por su parte el líder de la juventud de la CDU, Thilman Kuban.

Frente a esta rebelión doméstica, Laschet se vio obligado a hacer promesas, admitiendo que la CDU, uno de los más viejos partidos europeos, en el poder durante los últimos 16 años, «necesita una renovación» a todos los niveles.

Uno de los diputados más influyentes del FPD llamó a todos los partidos a estar listos para comenzar las consultas de formación de Gobierno para fines de esta semana.

«Se están enviando señales muy diferentes desde la Unión. Algunos quieren gobernar… otros no», dijo Marco Buschmann a la radio Deutschlandfunk.

La nueva cámara baja del Parlamento alemán, que estará conformada por 735 diputados, tiene previsto celebrar su primera sesión el mes que viene.