El empresario Joesley Batista, uno de los dueños del frigorífico JBS, reiteró hoy ante la Policía Federal (PF) sus acusaciones contra el presidente de Brasil, Michel Temer, investigado por los supuestos delitos de corrupción, obstrucción a la justicia y asociación ilícita, mientras el gobernante debió afrontar la renuncia de su ministro de Cultura y el reclamo del ex mandatario Fernando Cardoso de elecciones anticipadas.

Según sus abogados, Batista «reforzó» ante las autoridades «la verdad dicha en la declaración» aportada en su momento e insistió en que “confirmó lo ya fue dicho y probado».

A partir de su delación premiada a cambio de reducción de una eventual condena por corrupción, Batista entregó a las autoridades una grabación clandestina en la que Temer aparece avalando el pago de sobornos al ex jefe de Diputados Eduardo Cunha, condenado a más de 15 años de prisión por su implicación en la trama de la estatal Petrobras.

En esa grabación, Batista le dice a Temer que todos los meses le daba dinero a Cunha, aliado del mandatario, «para mantener las cosas bajo control», a lo que el gobernante replica: «Tienes que mantener eso, ¿ok?».

Hoy, Batista, quien se encontraba en el exterior con autorización judicial, declaró en Brasilia como parte del proceso que investiga a Temer y a su asesor y ex diputado Rodrigo Rocha Loures, apuntado por el empresario como intermediario de los sobornos que eran pagados por el grupo cárnico.

Rocha Loures, quien está preso, fue filmado por la Policía recibiendo 500.000 reales (unos 152.346 dólares) en un restaurante de San Pablo de manos de un ejecutivo de JBS, dinero que el acusado devolvió después de las denuncias.

El Supremo Tribunal Federal (STF), máxima corte del país y que autorizó la investigación contra Temer, otorgó a la Policía plazo hasta el lunes para presentar el resultado de las investigaciones.

Se estima que la semana próxima el procurador general de la República, Rodrigo Janot, presentará la denuncia formal contra Temer en el STF, que necesitará del aval de la Cámara de Diputados para abrir el proceso.

Paralelamente, el gobierno profundizó su crisis con la renuncia del titular de Cultura, Joao Batista de Andrade, del Partido Popular Socialista (PPS), quien le mandó una carta al mandatario en la que le anunció su salida del cargo.

«No quiero polemizar con el gobierno; fueron acumulándose dificultades en el ministerio, con atropellos contra la dignidad del ministerio», declaró el funcionario saliente, y citó como ejemplo que el Fondo Nacional de Cultura fue bajando su presupuesto hasta quedarse este año con “cero, cero, cero, no tiene nada».

La salida de Batista de Andrade parece alimentar las versiones sobre un incipiente desmembramiento de la coalición oficialista, porque el ahora ex ministro pertenece al partido PPS rompió con el gobierno a raíz del escándalo del JBS.

Ese episodio también motivó la salida del Partido Socialista y suscitó una polémica en el poderoso Partido de la Socialdemocracia Brasileña, cuyo presidente honorario es el ex mandatario Cardoso, que le recomendó a Temer dejar el cargo antes de que venza su mandato, el 31 de diciembre de 2018.

«O hay un gesto de grandeza por parte de quien detenta legalmente el poder, pidiendo la anticipación de elecciones generales, o el poder se erosionará de tal forma que las calles pedirán la ruptura de las reglas en vigor pidiendo la anticipación del voto», sostuvo ayer Cardoso.

Y hoy el líder histórico del PSDB pareció ratificar su posición por la ruptura con el gobierno al decir al diario Estado de San Pablo que «la situación del país es demasiado crítica como para que prevalezcan intereses personales».

El cuadro parece revertir dos victorias recientes de Temer: la primera ocurrió hace 7 días, cuando el Tribunal Electoral lo exculpó en un juicio por financiamiento ilegal de la campaña de 2014, y la otra a comienzos de semana, cuando el PSDB decidió quedarse en la alianza gubernamental, pese a los varios dirigentes que pugnaban por irse.

Sin el apoyo del PSDB en el Congreso, Temer perdería el respaldo mayoritario que aún tienen en el Parlamento y difícilmente conseguiría aprobar iniciativas de interés del Gobierno, entre las cuales las polémicas reformas con las que intenta apuntalar una economía que enfrenta su mayor recesión en varias décadas.

La Presidencia brasileña informó de que Temer nombrará al nuevo ministro de Cultura recién al volver del viaje oficial que hará a Rusia y a Noruega entre el 21 y el 24 de junio.