El Congreso norteamericano es quien debe autorizar esta transacción,  que se realiza en momentos en que aviones de Arabia Saudita bombardean a los rebeldes hutíes en Yemen. Los operativos contra la milicia Hutí, que lideran los saudíes, ha causado controversia, debido a los frecuentes reportes de civiles abatidos en el territorio.

Pero Estados Unidos ha defendido a su aliado, que es también una pieza clave en la coalición encabezada por Washington para combatir al grupo Estado Islámico en el norte, en Irak y Siria.

La Agencia de Cooperación en Seguridad y Defensa (DSCA, en inglés) declaró que el arsenal de la fuerza aérea saudí es reducido, «debido al alto ritmo de participación en múltiples operaciones contra el terrorismo».

La venta incluye 5.200 bombas guiadas con láser Paveway II en sus modelos GBU-10 y GBU-12, además de 1.100 en su versión más moderna, los GBU-24 Paveway III de largo alcance. También hay 12.00 bombas de propósito general con un peso de hasta 900 kilos y 1.500 destructores de búnkers, the BLU-109. Ambas municiones son diseñadas para destruir estructuras de concreto.

Los saudíes también recibirán miles de kits para convertir municiones corrientes en bombas inteligentes guiadas por satélite.

«La venta propuesta aumenta la capacidad de Arabia Saudita de enfrentar actuales y futuras amenazas de potenciales adversarios durante operaciones de combate», afirmó la DSCA.