Con la convicción de una victoria en las elecciones de hoy y acusaciones de fraude electoral, seguidores del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se reunieron en Barra da Tijuca, Río de Janeiro, la cuna política del excapitán del Ejército que fue derrotado por más de cuatro puntos en esta primera vuelta por el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y mantiene su ambición de ser reelecto, al menos hasta el balotaje que se celebrará el 30 de este mes.

La palabra que más se escuchaba esta noche entre los bolsonaristas en el barrio carioca donde está la casa en la que vivía el mandatario antes de llegar a Brasilia era «fraude».

La narrativa sostenida por el mandatario a lo largo de la campaña -e incluso esta mañana, al emitir su voto-, según la cual ganaría las elecciones, fue replicada por quienes se acercaron a hacer una suerte de celebración en la avenida Lucio Costa, que separa la casa de Bolsonaro de una de las playas más codiciadas de Río.

María Emilia Freire, abogada de 43 años, vestida de amarillo, igual que su pequeña hija, que agitaba una bandera de Brasil, dijo que estaba allí para «mostrar apoyo al presidente por sus ideales cristianos» y porque no está «a favor de la ideología de género».

Susana Gomes, 32 años, llevaba una vincha hecha con la bandera de su país, otra en la espalda y una remera amarilla. Para ella, «si no gana ahora es porque hubo fraude». No concebía otro resultado porque «fue estruendoso el apoyo que recibió en todos lados».

Ama de casa y esposa de un empleado petrolero, defiende al excapitán porque es un «defensor de la familia, contra el aborto y el comunismo», comentó a Télam mientras se acariciaba la panza embarazada.

«Bolsonaro sacó a Brasil del lodo y la economía avanza a pesar de la pandemia y la guerra», dijo.

A medida que los primeros resultados fueron llegando, todos estaban pendientes de sus celulares, en los que consultaban la carga de los resultados parciales que hacía el Tribunal Superior Electoral (TSE).

José, de 26 años, era el encargado de ir leyendo los resultados a su grupo. No dijo su apellido pero se mostró dispuesto a hablar, sostuvo que si Bolsonaro no era reelecto hoy lo será en el balotaje y aseguró que no habrá violencia. “Al menos de nuestro lado”, aclaró.

“Tenemos 400.000 votos más que Lula”, aseguró antes de que el escrutinio oficial llegara a la mitad.

Al rato, José informó la victoria del gobernador del estado Río de Janeiro, Claudio Castro, que fue reelecto.

Hasta las 20, cuando los primeros resultados oficiales mostraban a Bolsonaro en ventaja, abundaron las detonaciones de fuegos artificiales y las caravana de autos con personas gritando «en el primer turno». También circulaban profusamente botellas y vasos con cerveza.

Claudia Santos, de 53 años, tiene gliter en la cara, una bandera brasileña en la espalda y otra en la mano.

«Él ama este país, hizo que avance, que sea un país de punta y lo sacó del tercer mundo; y como él mismo dice, Dios, patria, familia y libertad», afirmó la abogada.

Según su visión, Bolsonaro es mejor que la «robalhera» (término que Bolsonaro usó para referirse a la corrupción).

Un hombre que se presenta como «soldado de Bolsonaro a más de 30 años» y distribuye tarjetas con esa leyenda y una foto de 1987 del mandatario y él de fondo y otra de 2022, se atribuye la creación de las «motociadas» (las caravanas en moto que popularizó el mandatario).

«A la izquierda le gusta el caos, quieren romper las puertas de los bancos, golpear a los autos», afirmó.

Un hombre a su lado lleva una remera con la leyenda «Mi partido es Brasil».

Grupo de jóvenes adolescentes cantan «Uh, es Bolsonaro» reiteradas veces.

“Lula, ladrón, tu lugar es la prisión”, replicó otro grupo.

Isaias Goldsmid tiene 76 años y lleva la bandera de Israel en la espalda. Votó a Bolsonaro «por la amistad que tiene ahora Brasil con Israel».

«No es mi favorito y no me gustan militares, pero a Lula lo detesto», agregó.

Marco Aurelio, de 56 años, preguntó a Télam si estaba observando todo el clima festivo que es el verdadero “Data Povo” (Data Pueblo), en referencia a Datafolha, una de las principales firmas de opinión pública cuyas encuestas de intención de voto señalaron a Lula como favorito.

A medida que la tendencia del escrutinio oficial se modificó, los festejos se relajaron, empezó la desconcentración rápidamente e incluso los ánimos se tensaron cuando una mujer intentó hacer detener por la policía a una fotógrafa de la agencia Télam.

“Envíen mensajes de Whatsapp a todos sus grupos diciendo que fue fraude”, gritó un hombre de unos 50 años vestido de amarillo.

A su alrededor comenzaron a agarrar sus celulares y escribir.

No obstante, en el estado Río de Janeiro, el tercer distrito electoral por el tamaño de su padrón, Bolsonaro ganó con 51,06% de los votos contra 40,70% de Lula.