La Cámara de los Lores británica convirtió hoy en ley el texto que permitirá al gobierno de Theresa May activar el Brexit e iniciar el largo proceso para abandonar la Unión Europea, tras un tenso debate que incluyó varias idas y vueltas entre las dos cámaras del Parlamento y dos enmiendas fallidas que pedían mantener los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido y dar al Poder Legislativo poder de veto sobre la negociación final con Bruselas.

Esta vez el debate fue corto en la Cámara alta, donde primó la decisión de acatar la revisión introducida horas antes por los Comunes y dejar afuera las dos enmiendas que, originalmente, habían incluido los Lores, en contra de la voluntad del gobierno conservador de May, que había pedido ir a negociar a Bruselas con total libertad.

Tras varias semanas de tensión y negociaciones, finalmente May logró hoy imponer su voluntad.

En una primera votación, por 355 votos contra 287, los diputados suprimieron la enmienda que garantizaba el derecho de los ciudadanos de la Unión Europea (UE) a permanecer en el país tras la salida del Reino Unido del bloque comunitario, que había sido introducida a principios de mes por la Cámara alta.

Luego, y siguiendo las directivas del gobierno de la primera ministra, suprimieron del proyecto, por 331 contra 287 votos, otro artículo agregado por los Lores que daba al Parlamento el poder de vetar el acuerdo final de separación al que lleguen el Reino Unido y la UE.

La llamada Ley de Retirada de la UE quedó aprobada apenas unas horas después, cuando los Lores, que son nobles y clérigos no electos por el pueblo sino nombrados por la Reina, cedieron y aceptaron el rechazo de los cambios que ellos mismos habían introducido al proyecto.

Antes de las votaciones de hoy, el Partido Laborista, el principal de la oposición, instó a la primera ministra a considerar la posibilidad de mantener las enmiendas «realmente importantes», como garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE que residen en el Reino.

En declaraciones a la BBC, el líder laborista, Jeremy Corbyn, dijo que el éxito económico del Reino Unido depende también de que los derechos de los ciudadanos de la UE sean garantizados, «porque si perdemos a los que trabajan en el NHS (sistema público de salud público inglés) dañamos nuestra propia economía».

Según una reciente encuesta de la British Medical Association (Asociación Médica Británica, BMA) el 42% de los médicos formados en países europeos está considerando salir del Reino Unido cuando se concrete el Brexit, lo que implicaría un «desastre» para el sistema de salud británico.

Ayer, el ministro para la salida británica de la Unión Europea, David Davis, instó a los diputados a que respalden la ley del Brexit e insistió en que el país estaría «preparado» en caso de que no hubiera acuerdo.

Davis pidió a los diputados británicos que «no aten las manos de la primera ministra», cuando debatan ese proyecto de ley, que regresará a los Comunes en el tramo final de su tramitación.