El primer ministro británico, Boris Johnson, salió este miércoles a defenderse en el Parlamento ante nuevos pedidos de renuncia por las fiestas organizadas por su Gobierno durante las restricciones de la pandemia, y a la espera de la inminente publicación de un informe que podría desencadenar en una demoledora moción de censura.

El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, acusó al premier de haberle mentido a la Cámara de los Comunes cuando dijo que no hubo fiestas, defendiendo que, de por sí, esto ya es motivo de renuncia.

A su pedido se sumaron otros diputados, como Ian Blackford, del Partido Nacional Escocés, quien afirmó que Johnson está siendo «investigado por la policía por violar sus propias leyes».

La policía de Londres anunció este martes estar examinando posibles delitos en relación con presuntos eventos sociales ilegales celebrados en el 10 de Downing Street, la residencia oficial del primer ministro, cuando las leyes para mitigar la pandemia lo prohibían.

Pero Johnson se escudó en que la investigación «está en curso» para no comentar al respecto y defender en su lugar sus políticas contra la Covid-19 y su iniciativa diplomática contra una eventual invasión rusa de Ucrania, informó la agencia de noticias AFP.

Sin embargo, su suerte en el cargo puede cambiar ante la inminente publicación de un informe interno sobre dichas fiestas, encargado por él mismo a principios de diciembre cuando el escándalo era aún incipiente y no lo señalaba directamente.

Desde entonces, obligado por constantes filtraciones en la prensa, el líder conservador tuvo que admitir haber participado en algunos de esos eventos, aunque esforzándose por eludir responsabilidades.

A raíz de las pesquisas policiales, Downing Street anunció inicialmente la suspensión de buena parte de la investigación interna, encargada a la alta funcionaria Sue Gray, para no interferir.

Posteriormente, en un ambiente de gran confusión, dijo que el informe podría publicarse este mismo miércoles, aunque parcialmente.

«No necesitamos el informe de Sue Gray para saber que Boris Johnson debe irse», escribió Angela Rayner, número dos del Partido Laborista, en un artículo de opinión.

Johnson, de 57 años, llegó triunfalmente al poder en 2019 prometiendo llevar a cabo un Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) con el que su predecesora, Theresa May, llevaba años debatiéndose.

Pero ahora los jóvenes diputados de su partido, elegidos en las circunscripciones del norte de Inglaterra que tradicionalmente votaban al laborismo, son quienes se rebelan con más fuerza contra su líder e impulsan una moción de censura interna.

Para ello, necesitan enviar al menos 54 cartas, lo que representa el 15 % de los 360 diputados de la mayoría gubernamental, al denominado Comité 1922, encargado de la gestión del grupo parlamentario. Su número se mantiene secreto hasta que se alcanza ese umbral.