La Cámara de Representantes de Estados Unidos inscribirá este miércoles una página en la historia del país cuando envíe a juicio político al presidente Donald Trump por abuso de poder y obstrucción al Congreso, una cuestión de alto voltaje que ha agravado la división política nacional a las puertas de un año de elecciones generales.

Se da por descontado que la Cámara de Representantes, controlada por la oposición demócrata, hallará culpable a Trump de ambos cargos y habilitará su juicio en el Senado, donde los republicanos, que son mayoría, anticiparon que impedirán el testimonio de más testigos y lo exculparán de las acusaciones, que consideran políticamente motivados.

A horas de convertirse en apenas el tercer presidente de Estados Unidos con la mancha del impeachment en su legajo, el mandatario republicano redobló su embate contra el proceso y acusó a la oposición de «perversión de la justicia y abuso de poder» y de «declaración de guerra a la democracia» por su intención de destituirlo.

En una carta dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, reiteró sus objeciones y dijo que los demócratas han lanzado una «cruzada» en su contra y le han concedido menos garantías procesales que «a las acusadas en los Juicios de las Brujas de Salem».

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Aunque los sondeos de opinión muestran un electorado muy polarizado en torno al impeachment, Trump se jactó hoy por Twitter de una encuesta difundida por el diario Usa Today que afirma que su popularidad permanece indemne y que podría derrotar a cualquier candidato demócrata en las presidenciales de noviembre de 2020.

«¡Los estadounidenses son inteligentes. Ven la gran economía, & todo lo demás!», tuiteó.

En tanto, en el Capitolio, congresistas demócratas y republicanos de la Comisión de Reglas de la Cámara de Representantes se enfrentaron hoy por las reglas del debate y la votación de mañana en el pleno de la cámara baja.

Un puñado de congresistas demócratas moderados cuyas bancas por distritos fuertemente pro-Trump corren peligro en noviembre declararon hoy su apoyo al impeachment, lo que virtualmente garantiza que el presidente será sometido a juicio.

Su promesa asegura que los demócratas, que controlan 233 bancas de la Cámara de Representantes, no tendrán problemas en aprobar los cargos contra Trump frente a un monolítico Partido Republicano, que tiene 197 escaños en la cámara. Solo dos demócratas tenían previsto votar contra el impeachment.

La acusación

El cargo de abuso de poder se refiere a la acusación de que Trump condicionó ayuda militar y una cumbre con su par de Ucrania a que éste anunciara investigaciones contra el ex vicepresidente demócrata Joe Biden, potencial rival electoral del mandatario en 2020.

El otro cargo, obstrucción al Congreso, es por negarse a cooperar con la investigación y ordenar a funcionarios no comparecer a dar testimonio antes las comisiones investigadoras.

Con la suerte de Trump ya prácticamente echada en la cámara baja, la atención empieza a virar hacia el Senado, que, según la Constitución, debe realizar el juicio político propiamente dicho. Se espera que el proceso comience a principios de enero.

Para evitar un procedimiento prolongado, el líder de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell, rechazó hoy un pedido del líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer, de permitir el testimonio de funcionarios de la Casa Blanca.

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Pese a la negativa a esta primera solicitud, está previsto que ambos senadores continúen las negociaciones sobre los parámetros del juicio, que se espera dure varias semanas.

Trump quiere un proceso de alto perfil que no sólo lo absuelva sino que lo exculpe por completo de los cargos de la Cámara de Representantes.

Al contrario, McConnell y el grueso de los senadores republicanos desean un juicio breve que deje rápidamente atrás el agrio debate.

Incluso antes del comienzo del juicio, varios senadores republicanos -que se supone deben ser jueces imparciales en el proceso- han anticipado sus posiciones.

«Los cargos de la Cámara son una burla. Todo esto es una burla y es tiempo de exonerar al presidente», dijo el senador Josh Hawley.