El país ibérico no recuperará el PIB anterior a la pandemia hasta el año 2023, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Según las últimas previsiones económicas a nivel mundial de la OCDE, el aumento de contagios en España, junto a los nuevos confinamientos provocará una contracción en el cuarto trimestre y harán que el PIB caiga hasta el 11,6. Esta caída colocará a España como el segundo país con la segunda mayor recesión del mundo, solo por detrás de Argentina. Es la conclusión a la que ha llegado el organismo después de analizar a 46 estados.

Las restricciones localizadas para hacer frente a los brotes de COVID-19 y las continuas perturbaciones en los viajes y el turismo serán un lastre para la recuperación hasta que se masifique una vacuna eficaz.

La última vez que la OCDE ofreció pronósticos para España, fue en el mes de junio. En ese momento consideraba que la economía se hundiría un 11,1 por ciento en caso de que solo hubiera habido una oleada de la pandemia y un 14,4 por ciento si se producían dos oleadas. Dado que finalmente sí han sucedido dos oleadas, el pronóstico ha mejorado en casi tres puntos porcentuales, aunque la recuperación económica tendrá que esperar.

Las previsiones apuntan a que la recuperación de la economía española será gradual y que se mantendrá por debajo de los niveles anteriores a la crisis hasta el año 2023. El Producto Interior Bruto sufrirá una caída del 11,6 por ciento en 2020, ligeramente por encima del descenso de la previsión del Gobierno que se situó en un 11,2 por ciento. Sin embargo, la OCDE prevé un crecimiento económico del 5 por ciento en 2021 y del 4 por ciento en 2022.

En lo que respecta al mercado laboral, los pronósticos de la OCDE también son mejores que sus estimaciones de junio. El organismo prevé que la tasa de paro se situará en el 15,8 por ciento este año, que se elevará hasta el 17,4 por ciento en 2021 y que descenderá levemente hasta el 16,9 por ciento en 2022.

Asimismo, el organismo también ofrece consejos a España para que las previsiones no empeoren:

Deberá mantenerse el actual enfoque flexible de adaptar las políticas a la evolución de la pandemia para ayudar a las empresas y los trabajadores, al focalizar el apoyo fiscal para los más afectados por la crisis. Si bien ampliar los programas de reducción temporal de empleo servirá de ayuda a los sectores más afectados, estas medidas deben ir acompañadas de una mayor formación y de políticas activas de empleo más sólidas para facilitar la reasignación de recursos entre empresas y sectores.