Estudiantes chinos que defendían los derechos de los trabajadores afirmaron el sábado a la AFP que la policía les había obligado a visionar videos «de confesiones» de otros militantes, con el fin de intimidarlos.

En los últimos años se ha desarrollado un nuevo fenómeno de activismo, con alumnos o jóvenes recién graduados en universidades prestigiosas apoyando la creación de sindicatos independientes en Guangdong (sur), la principal provincia manufacturera del país.

Desde 2018, las autoridades reforzaron la vigilancia de esos grupos de estudiantes bien organizados, que se comunican a través de las redes sociales y que, en algunos casos, se presentan como «marxistas».

El control policial parece incrementarse ante la inminencia del trigésimo aniversario de la sangrienta represión de los manifestaciones prodemocracia y anticorrupción de la plaza Tiananmen de Pekín, ocurrida el 4 de junio de 1989, un movimiento de protesta que nació en las universidades de la capital.

Decenas de activistas chinos que apoyaron el año pasado una huelga en la factoría de un fabricante de soldadoras en la provincia de Guangdong, Jasic, desaparecieron en los últimos meses.

El sábado, los estudiantes dijeron que esta semana habían sido convocados en las comisarías de Pekín para que vieran videos «de confesiones» de seis de esas personas desaparecidas. Durante la proyección, los policías los habrían amenazado con expulsarlos de la universidad y con encarcelarlos.

«Nos quieren meter miedo, nos hacen admitir delitos, hacer [de nuestro activismo] algo ilegal», declaró a la AFP un estudiante que pidió el anonimato.

En los videos, los militantes declaran haber utilizado el pretexto de los derechos laborales para «subvertir al Estado», y haber promovido huelgas para sacar beneficio político, según las personas presentes en la comisaría.

Además, los agentes habrían declarado que los militantes detenidos y que aparecían en los videos serían llevados ante la justicia muy pronto.

En enero, al parecer, ya se habrían organizado otras sesiones para ver videos.

«Todo esto se hace para ensuciar la imagen del movimiento», declaró el estudiante anónimo.
La policía, la Universidad de Pekín y la Universidad Renmin, establecimientos en los que están afiliados los estudiantes, declinaron responder a las preguntas de la AFP.

Muchas de las personas que son presentadas como delincuentes o criminales suelen aparecer en la televisión pública china confesando sus hechos. Una práctica condenada en el extranjero por asociaciones, que aseguran que las confesiones se obtienen bajo presión.