Por Juan José Salinas

No cabe duda de que tener más del 40 por ciento (algunos medios hablan incluso de un porcentaje considerablemente mayor) del litio existente en el planeta, ha sido el principal motivo económico del golpe cívico-policial-militar-evangélico que depuso al gobierno del presidente Evo Morales. Una investigación de la TV catalana sostuvo que el golpe fue financiado por petroleras de los Estados Unidos y Canadá, pero no tanto para hacerse ellas con el recurso, sino para evitar su explotación y ralentizar todo lo posible la transición energética en Europa, advirtió desde Barcelona Montserrat Mestre.

Sucede que si en los Estados Unidos las petroleras tienen la sarten por el mango y el mango también, en Europa, continente que carece de existencias importantes de hidrocarburos, la Unión Europea dispuso que en el término de una década, para 2030, todos los automotores que se fabriquen deberán ser eléctricos (en España, retrasada en este aspecto, esto está previsto que ocurra recién en 2040). En cualquier caso, para entonces la demanda de naftas y gasoil habrá caido en picado y se estarán fabricando millones de baterías de litio.

Pues bien, un día antes de renunciar verbalmente y abandonar el Palacio Quemado, Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, el gobierno alemán recibió un fax enviado desde allí que informaba que se dejaba sin efecto el acuerdo recientemente firmado para crear una empresa mixta alemano-boliviana para extraer el mineral y fabricar baterías.

Que el gobierno de Bolivia, sin explicaciones y en medio de semejante lío, rescindiera un contrato de esa envergadura le pareció a los alemanes muy desconcertante. Hasta el punto de especular que quienes lo enviaron hayan estado chantajeados y lo hayan hecho bajo una amenaza terrible, informó Mestre.

No es tanto lo que vale actualmente el litio, cuyo precio cayó alrededor de un 50% en un año, sino que su explotación herirá de muerte a la industria petrolera. Y es previsible que una vez que haya suficientes baterias de coches para reciclar, se utilizarán en las centrales eléctricas, lo que terminará de rematarla, agregó.

Llegados a este punto, surge una sospecha. China y Rusia tienen importantes intereses en Bolivia. ¿Sus servicios de inteligencia no pudieron anticipar el golpe?

Los chinos fueron impasibles. En cuanto a Moscú, está amargado con el hecho de que el petróleo tenga los días contados y tiene intereses en el gas y en la perspectiva de construir una central nuclear. Quizá supieron que estaba en marcha y callaron y no levantaron la perdiz porque le conviene que el negocio del petróleo tenga una vida más larga.

En cualquier caso, la actitud rusa fue muy distinta a la que tomó cuando hubo un intento de golpe de Estado en Turquía, con el auspicio de la CIA. Entonces los servicios rusos lo anticiparon y colaboraron activamente en el sostenimiento del presidente Recip Erdogan.

Así, mientras Russia Today condenó decididamente el golpe (el editorial de Inna Afinogenova es excelente) el comunicado oficial del Kremlin pretendió ecuanimidad limitándose a decir que sólo volverá a haber un gobierno legítimo en Bolivia cuando se celebren nuevas elecciones. Y la cobertura de Sputnik, en otros temas más fiable que la de RT, fue desconcertante por la falta de condena a los golpistas.

Fuente: PájaroRojo.com