Por Dekens – Thieffry Charlotte – Francia – Especial para Conclusión

El movimiento en sí

17 de noviembre de 2018 – Cerca de 300.000 personas participan al llamamiento del movimiento social espontáneo francés « Los Chalecos Amarillos », en varias ciudades y espacios periurbanos del país. Los Chalecos Amarillos son un movimiento de protesta del pueblo francés que nació en octubre de 2018 y que protesta, por primera vez, el sábado 17 de noviembre 2018. El movimiento se formó en las redes sociales (Facebook y Twitter mayoritariamente) y se presenta a si mismo en los medios de comunicación como espontáneo, independiente, sin estructura jerárquica y sin portavoz oficial. Los manifestantes llevan chalecos amarillos como símbolo de oposición al Gobierno francés puesto que es una obligación tenerlo en su automóvil y llevarlo en algunos contextos por cuestiones de seguridad (lo que justifica su uso por parte de un pueblo que se siente en peligro) y manifiestan concentrandose en las autopistas, bloqueando las rotondas y saliendo a la calle durante las marchas nacionales llamadas « Actos », que tienen lugar cada sábado desde el 17 de noviembre del año pasado.

« Des lycées se joignent aux blocages des Gilets Jaunes », l’Express, 30/11/2018.

Las Reivindicaciones

Testigo – « Nos roban todo, hasta la libertad de usar nuestro autovómil » Jacqueline Baudry, jubilada de 69 años, lamenta tener que limitar su movilidad y casi no usar mas su medio de transporte. (« Mouvement des Gilets Jaunes », France Bleu, 16/11/2018).

El Presidente de Francia Emmanuel Macron, que llegó al poder en mayo de 2017, decidió aumentar el precio del combustible en septiembre de 2018. Esta decisión fue -literalmente- la « gota que rebalsó el vaso ». En efecto, los habitantes de los espacios periurbanos, que necesitan cotidianamente sus automoviles para ir a trabajar, se quejan del costo enorme que representa esta medida. Muchos explican que no llegan a fin de mes y deciden crear el movimiento de los Chalecos Amarillos. Pero, rápidamente, las reivindicaciones se extienden a otros sectores : acabar con la globalización salvaje (cuyo objectivo es hacer lucir -economicamente- a Francia en el extranjero) ya que implica una baja de los salarios, acabar con el sentimiento de abandono por parte de las autoridades públicas, de ciertas zonas rurales, restablecer el impuesto sobre la fortuna (ISF), aumentar las jubilaciones cuyo nivel bajó desde las medidas políticas del Presidente, matener los servicios públicos y luchar contra el « despido en masa » de los trabajadores del sector público que lo sufren, mejorar el nivel de vida de las clases medias y bajas dejadas por Emmanuel Macron, considerado como demasiado liberal por el pueblo…

La reacción del Gobierno francés en frente a la protesta

« Marche des Gilets Jaunes Citoyens contre les violences de CRS, casseurs, infiltrés… », Mediapart, 07/01/2019 – Violences policières © Thierry Paul Valette

A partir del « Acto I », las primeras escenas violentas aparecen. El Gobierno francés considera que la presencia de manifestantes radicales (aunque sean ultra-minoritarios) representa una gran amenaza para el Presidente y el pueblo en si, lo que justifica la intervención de las « Compagnies Républicaines de Sécurité » (Campañas Republicanas de Seguridad), las fuerzas de seguridad de la Policia Nacional francesa cuya lema es « Servir ». Esas unidades armadas son criticadas por el pueblo francés y los partidos politicos opuestos por su represión violenta y su « uso fácil » de armas poderosas como el gas lacrimógeno, las granadas, las escopetas de balas de defensa, las porras… contra el movimiento, con el fin de asustar y disuadir, sin distinguir la gente violenta de la que está para defender su causa pacificamente.

Testigo – « Nada justicaba esa violencia y menos el uso de una arma de guerra […] Filmaba con la cámara de mi escuela de Bellas Artes, no querían que filme, me dispararon en la cara, me caí del banco en lo que estaba parada, llena de sangre» Lola Villabriga, estudiante francesa de 19 años en Bellas Artes, víctima de violencia por parte de las Compañias Republicanas de Seguridad.

Testigo – « Me acuerdo haber filmado una mujer llena de sangre en el suelo, un hombre inconsciente evacuado por otros manifestantes, como en una escena de guerra que suelo filmar […] Ví un hombre herido en el suelo, quise ayudarlo y me dispararon en la cara, estaba con mi cámara ». Florent Marcie, realizador francés de documentales en zonas de guerra, cuenta lo que le pasó durante un Acto de los Chalecos Amarillos mientras trataba de ayudar un otro manifiestante.

Las CRS dispararon a Lola y Florent por llevar una cámara y filmar a la gente, víctima de represión.

Obviamente, esta « gestión democrática » del movimiento se tradujo por un número importante de encarcelaciones preventivas (8700 personas), condenas (2000 personas), encarcelaciones (400 personas), heridos (4000 personas) y muertos (11 personas), lo que no coincide con el « estatuto de país de la libertad » y de los derechos del hombre y del ciudadano, que debería representar Francia.

Los Chalecos Amarillos hoy en día…

El movimiento sigue existiendo cada sábado en muchas ciudades francesas, aunque los medios de informaciones nacionales digan lo contrario (siendo detenidos por grandes grupos apoyando a Emmanuel Macron y a sus medidas liberales que les favorecen), con el fin de desacreditar la protesta. En efecto, aunque obtuvieran el aumento de 100 euros al mes del SMIC (Salario Mínimo Interprofesional de Crecimiento, nombre del salario mínimo en Francia) y el congelamiento del impuesto a los carburantes durante 6 meses (el alza prevista a partir del primer de enero de 2019, será efectiva el primero de junio de 2019), los Chalecos Amarillos no están satisfechos y quieren ir más profundo, pidiendo un mejoramiento socio-económico mucho más intensivo (un 80% de los franceses consideran que Macron debe modificar su política socio-económica), lo que implicaría un cambio radical de medidas políticas para Emmanuel Macron.

« Chalecos Amarillos en Portugal », Filipa Soares, Euronews, 21/12/2018.

« Chalecos Amarillos en Portugal », Filipa Soares, Euronews, 21/12/2018.

Además, la protesta, que no tiene precedentes, tuvo repercusiones (en menor medida) en 33 otros paises entre los cuales se encuentran países europeos (Bélgica, España, Grecia, Portugal…) y países de otros continentes (Liban, Israël, Algeria, Canada, Africa del Sur…) que piden el mejoramiento de los servicios publicos dejados por unos Gobiernos liberales, el cambio de las politicas fiscales, acabar con la alza de los precios y de la « vida cara ». La internacionalización del movimiento de los Chalecos Amarillos revela el hartazgo de los pueblos del Mundo entero en frente a unos Gobiernos cuyas políticas privilegian a los que menos las necesitan, por su situación socio-económica.