Centenares de miles de personas se manifestaron en la tercera jornada de movilización contra el proyecto del Gobierno del presidente Emmanuel Macron de reforma previsional, en el decimotercer día consecutivo de huelgas de transportes, en la educación y de empleados públicos que paralizan parcialmente a Francia.

La prolongada medida de fuerza plasmó hoy una inédita unión entre los cinco sindicatos de los trabajadores franceses contra el proyecto de reforma que Macron quiere ver aprobado para el próximo verano europeo.

La Confederación General del Trabajo (CGT), principal opositora al plan gubernamental, reclama la retirada completa del proyecto, y el mayor sindicato de la segunda economía europea, la moderada Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), apuesta por quitar la llamada «edad de equilibrio», a partir de la cual los franceses podrán cobrar su pensión completa, y que en la práctica eleva la jubilación de los 62 a los 64 años.

Asimismo, la reforma pretende unificar los 42 regímenes jubilatorios actuales (y la desaparición de los regímenes especiales con privilegios) en un solo sistema por puntos universal, algo que los sindicatos consideran una «regresión» social.

Desde el mediodía, la parisina plaza de la República marcó el punto de partida de una movilización que finalizó por la tarde en la plaza de la Bastilla, con incidentes en el momento de la desconcentración.

Según el ministerio del Interior 615.000 personas manifestaron en toda Francia (75.000 en París), mientras que de su lado, la CGT estimó en 1,8 millones a los manifestantes en las 70 ciudades galas donde fueron convocadas movilizaciones.

Al margen del transporte, la huelga también afecta a la educación, con clases y escuelas cerradas a ciertos sectores de la función pública y a museos y monumentos nacionales, como por ejemplo, la Torre Eiffel que continúa cerrada para los turistas por el paro de su personal.

En otro orden, la CGT reivindicó hoy los cortes de luz que se registraron en el suroeste y el centro-este del país, privando de electricidad a más de 100.000 personas, al tiempo que amenazaba con «cortes más masivos» en los próximos días y con extender las protestas a las fiestas navideñas si no se retira el proyecto.

Desbloquear la situación, a juicio del secretario general de la CGT, Philippe Martinez, está en manos de las autoridades: «El Gobierno es el que puede decir está bien, escuchamos a la calle y paramos el proyecto de ley», dijo poco antes del inicio de la manifestación a la radio France Info.

«Todos aquellos que deseen una reforma justa deben estar en las calles», pidió, por su parte, el secretario general del sindicato CFDT, Laurent Berger, presente en la manifestación de París. Sin embargo, el primer ministro Edouard Philippe dejó en claro hace una semana en la Asamblea Nacional (Diputados) su voluntad de seguir adelante: «Queremos reformar el sistema de pensiones para crear un sistema universal. Esto implica la desaparición de los regímenes especiales. Mi determinación y la del Gobierno en este proyecto es total», remarcó hoy el premier citado por el diario Le Monde.

Philippe invitó a los sindicatos y a las organizaciones patronales a mantener «reuniones de trabajo» mañana y el jueves para jornadas de consultas multilaterales con las que intenta desactivar el conflicto antes de las vacaciones invernales de fin de año.