La corporación láctea alemana Deutsche Milchkontor (Grupo DMK), uno de los principales conglomerados de productos lácteos del país germano  y que provee productos procesados para los almacenes de los carteles de alimentos, respondió negativamente al pedido de los ganaderos para recibir un pago mayor (a puerta de corral) por la leche que ellos producen y distribuyen, con argumentos en contra de éstos, al borde de la extorsión.

La respuesta de DMK resultó ser un intento de chantaje; desecharon y regalaron la leche como gesto demagógico en vez de aceptar algún tipo de régimen más justo en la cadena de precios.

Dicen que si les pagan más a los productores de leche, ya no podrían ofrecer el producto a los distribuidores de los supermercados, porque aumentaría el precio a los consumidores.