La extrema derecha brasileña evangélica y el bolsonarismo gobernará por primera vez San Pablo, el estado más desarrollado y poblado del país, tras la elección en balotaje del exministro Tarcisio de Freitas, del Partido Republicanos, que derrotó a Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), por 55,3% a 44,7%, según datos oficiales

Freitas, un militar que fue jefe de ingeniería del Ejército en la misión de la ONU en Haití en la primera presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, es el gran triunfo de la mano política del mandatario Jair Bolsonaro, que lo envió como candidato del oficialismo pese a haber nacido y vivido en Río de Janeiro la mayor parte de su vida.

Fuente: Justicia Electoral de Brasil

San Pablo ratificó su vocación conservadora pese a que Luiz Inácio Lula da Silva apostó en dar batalla en el principal distrito electoral del país, venciendo en la ciudad capital y en la región metropolitana.

Republicanos, el partido de Freitas, está vinculado a la evangélica Iglesia Universal y logró así, después de haber gobernado la intendencia de Río de Janeiro, el gran premio consuelo para el bolsonarismo.

Freitas fue acusado de forjar un atentado para victimizarse y prometió retirar las cámaras de seguridad de los uniformes de los policías, algo que había reducido la letalidad y el gatillo fácil: estas banderas fueron tan importantes como el sentimiento contra el PT y Haddad.

La victoria de Freitas tuvo un envión inesperado, como el apoyo incondicional del gobernador Rodrigo García, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la fuerza de Fernando Henrique Cardoso que estaba dividida entre apoyar a Lula o Bolsonaro.

San Pablo, que tiene un tercio del PBI del país y 33 millones de habitantes, es el principal polo industrial y financiero de Brasil, y administra dos de las mejores universidades de América Latina, la Universidad de Sao Paulo USP y Unicamp, en Campinas.

Haber vencido en San Pablo le otorga al bolsonarismo un refugio de poder inédito, con nombres como Gilberto Kassab, presidente del Partido Social Demócrata, y el pastor Marcos Pereira, titular de Republicanos.

Pero también tendrá un pie o más que eso el ultraderechista diputado paulista Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente y aliado de Steve Bannon, el exasesor del expresidente estadounidense Donald Trump, que es el ideólogo de la nueva extrema derecha mundial.

Desde 1996 será la primera vez que a San Pablo no la gobierna el PSDB. El cuatro veces exgobernador Geraldo Alckmin, vicepresidente de Lula, no logró imponer su figura en el interior paulista, que sacó la ventaja crucial para el bolsonarismo.

OTRAS ELECCIONES

En Bahía, en tanto, gobernado desde 2007 por el PT, el partido ratificó su hegemonía con Jerónimo Rodrigues, que sumó un 52,55% de los sufragios.

Rodrigues relegó las pretensiones de Antonio Carlos Magalhaes Neto, de Unión Brasil, heredero de la dinastía conservadora bahiana.

Otra disputa fuerte se dio en Río Grande do Sul, estado que tiene frontera con las provincias de Misiones y Corrientes, y donde Edoardo Leite, el gobernador del PSDB, ganó con el 57,11% de los votos, lejos del ultraderechista Onyx Lorenzoni.

En los estados de Minas Gerais y Río de Janeiro, los más importantes después de San Pablo, fueron reelectos sus gobernadores el pasado 2 de octubre, Romeu Zema y Claudio Castro, ambos bolsonaristas.

En Pernambuco, estado natal de Lula, la centroderechista Raquel Lyra, del PSDB, reunió algo más del 58% de los respaldos, y derrotó a Marilia Arraes, embarazada, nieta del líder socialista Miguel Arraes y candidata del partido Solidaridad, porque rompió con el PT y el Partido Socialista Brasileño (PSB).

En Santa Catarina, Jorginho Mello, del Partido Liberal, sacó una abrumadora ventaja, con 70,69%, muy lejos de Décio Lima, que apenas consiguió el 29,31%.

En Alagoas, en tanto, Paulo Dantas, del MDB, logró la victoria con un 52,49%, delante del postulante de Unidad, Rodrigo Cunha, que se quedó con el 47,51%.

De todas formas, Unidad tuvo su revancha en Amazonas, donde Wilson Lima acaparó un 56,67%, por encima de Eduardo Braga, del MDB, que solo tuvo un 43,33% de los sufragios.

El gobernador de Paraíba, João Azevêdo, del PSB, en tanto, consiguió otro mandato, al ganar con 52,51% de los votos, relegando las aspiraciones de Pedro Cunha Lima, del PSDB.

En Espirito Santo, Renato Casagrande, del PSB, retuvo la gobernación al sumar el 53,809% de los sufragios, delante del bolsonarista Carlos Manato.

En Mato Grosso do Sul, el gobierno estadual quedó para Eduardo Riedel, del PSDB, que alcanzó un 56,9% de los votos, con lo que derrotó a Capitan Conde, del PRTB, con 43,10.

Finalmente, en Rondonia, el aspirante de Unión, Marcos Rocha, fue reelecto y relegó al candidato del PL, Marcos Rogerio: fue 52,47% a 47,53%; y en Sergipe, Fabio Mitidieri, del PSB, ganó con el 51,70% de los votos, y se impuso al candidato del PT, Rogerio Carvalho, que reunió el 48,3% de los sufragios.