El gobierno de Italia anunció que desplegará barcos militares frente a sus puertos para bloquear el posible ingreso de embarcaciones con náufragos, en medio de la polémica con las ONG que rescatan personas en el Mediterráneo por el rechazo de Roma a su desembarco en suelo nacional.

El comité nacional de orden y seguridad que preside el vicepremier y ministro del Interior, Matteo Salvini, resolvió anoche disponer la «presencia de barcos de la Marina y de la Guardia de Finanzas para defender los puertos italianos», anunció un comunicado de la cartera.

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Entre las medidas con las que Italia buscará reforzar su política de «puertos cerrados» están también el «incremento de los controles para reducir las partidas» en los principales países de origen del flujo migratorio marítimo, como Túnez y Libia.

Como justificación, Salvini aseguró que se trata de buscar «hacer más eficaz la lucha al tráfico de seres humanos y aumentar las penas a traficantes» de personas.

El vicepremier, líder de la derechista Liga, sostiene que autorizar los desembarcos de las ONG en puertos italianos favorece la inmigración clandestina y da una oportunidad a los traficantes para cruzar a personas por el Mediterráneo.

Según los datos de Interior, las políticas de la línea Salvini (en su cargo desde el 1 junio de 2018) provocaron que los desembarcos pasaran de 17.000 el año pasado a unos 3.000 este año.

La decisión anunciada se da en medio de la polémica del gobierno italiano con las ONG que incluyeron la detención de la capitana del barco Sea Watch y la confiscación del velero Alex, de la ONG Mediterránea, con acusaciones de «favorecimiento de la inmigración ilegal» por haber desembarcado personas sin permiso de Roma.

Además de sostener su pedido de «puertos cerrados», Salvini reclamó en las últimas semanas que el resto de los países europeos actúe con «solidaridad» para la distribución de los naúfragos que llegan al continente a través de los puertos italianos.

Según datos de la oficina de Naciones Unidas para Refugiados, Acnur, este año murieron o desaparecieron en el Mediterráneo 666 personas, mientras otras 27.959 llegaron al continente europeo por vía marítima.