El gobierno italiano defendió hoy su decisión de no modificar el presupuesto previsto para los próximos tres años, que incluye un déficit de 2,4% del Producto para 2019, pese a las críticas y recomendaciones de Europa para que adecúe sus previsiones al máximo de 2% obligado para los miembros del bloque continental.

«Contra el gobierno solo faltan los cascos azules de la ONU y las sanciones. Los presupuestos que fueron aplaudidos desde Bruselas no le han hecho bien a Italia. Y nosotros haremos lo contrario», señaló este miércoles el vicepremier Matteo Salvini, desafiando a la Comisión Europea que reclamaba una baja de las proyecciones de déficit.

«Si la Unión Europea solo va a pensar en poner sanciones al pueblo italiano han entendido mal», agregó el también ministro del Interior y referente de la derechista Liga Norte consultado hoy por Radio Anch’io.

Las respuestas desde Bruselas no se hicieron esperar y fue el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis el encargado de mostrar la línea dura: «Estos planes italianos son contraprudecentes para la propia economía italiana», criticó, citado por el diario Repubblica.

«Ya el porcentaje de deuda pública es casi una vez y media superior a hace un año. Y esto es evidente incluso en la disponibilidad de financiamiento y en el costo del crédito para la economía real, es decir que está empezando a influenciar las inversiones», analizó el funcionario europeo.

Además, desde Austria y Holanda se escucharon también voces críticas a la decisión italiana de no someterse a la presión europea.

«Más que nunca debemos intentar disciplinar a Roma, no se trata solo de cuestiones italianas, sino de una cuestión europea», indicó el ministro de Finanzas austríaco Hartmut Loeger.

Su par holandés Wopke Hoekstra pidió luego «que Europa intervenga» y aseveró que «es poco sorprendente pero muy desilusionante el hecho de que Italia no haya cambiado el presupuesto».

El presupuesto criticado por Europa marca un crecimiento del 1,5% para 2019, mientras que según Bruselas la tercera economía continental no irá más allá del 1,2%.

«Estamos convencidos de que este presupuesto es lo que le sirve al país para recomenzar. El último gobierno hizo un presupuesto con déficit 0 y así le fue», agregó en tanto el otro vicepremier, Luigi Di Maio, en declaraciones a la televisión pública Rai.

Italia decidió a última hora del martes que pese a las críticas de Europa no modificará el presupuesto que presentó con un déficit máximo de 2,4% del PBI para el año próximo, en base a un gasto de 10.000 millones para un ingreso universal y una suba de las edades de jubilación, lo que supera el 2% del límite establecido por Europa a sus miembros.

En ese marco, Di Maio aseguró que el Ejecutivo analiza un plan de venta y privatizaciones de entes públicos y propiedades del Estado con los que podría recaudar fondos para reducir una deuda pública que es récord en el continente y supera el 130% del producto.

Con la negativa a adecuar el presupuesto, Italia se expone a una «corrección» forzada de Europa que elevaría la tensión a niveles con pocos precedentes, aunque esa decisión recién llegaría durante la reunión continental del próximo 22 de enero.