El récord de producción y venta de cerdos de España, ocurrida principalmente durante el año 2019 y parte de 2020, parece tener su final debido a que van cayendo abruptamente las exportaciones de esa carne a China.

La astronómica disparada de la cotización del cerdo a niveles históricos va encontrando su límite y su declive, según lo viene advirtiendo el Ministerio de Agricultura del país europeo tras la apertura de granjas propias en el gigante asiático.

Por haber sido China el principal comprador, España había pasado a ser durante los últimos años el mayor establo de Europa, con las consecuencias ambientales que ello conlleva y tras haber arrasado el tejido de explotaciones familiares que históricamente había caracterizado al país ibérico.

El parate en las exportaciones entraña el riesgo de empezar a causar serios problemas económicos a las miles de familias que han acabado empeñándose para subirse a ese carro, del que tiraban las denominadas empresas integradoras y los grandes mataderos al abrigo de la buena marcha de las exportaciones.

En este caso no hay que echarle la culpa al coronavirus, aunque China sea el factor determinante de la crisis por las que atraviesan las granjas productoras de cerdo españolas.

El país asiático, constituido en el principal cliente, ha comenzado a producir y a sacrificar cerdos a escala fabril en el marco de su sistema económico de capitalismo de Estado y abre cada semana más centros productivos de alta generación que consisten en edificios que están pensados para trabajar de forma totalmente independiente.

Hay edificaciones que tienen 7 pisos, de los cuales 6 están diseñados para albergar 1.086 cerdos por piso, mientras el restante funciona como transición y recría de la futura autoreposición a la vez que el resto de los lechones se mueven fuera de la granja al destete.

Los dos últimos edificios construidos son de 9 pisos, de los cuales se destinan 7 a albergar 1.086 cerdos por piso y dos para futuras reproductoras.

Así, y luego de un rápido cálculo, se puede contabilizar que dos de las construcciones tiene capacidad para 6.500 cerdos cada uno y los otros dos llegan a contener unos 7.600, por lo que la cantidad de animales es de alrededor de 28.000, con una producción estimada de unos 13.575 cerdos por semana.

Así, en cada piso hay 5 trabajadores exclusivos, por lo que los edificios de 7 pisos tienen un total de 35 trabajadores y los de 9 pisos, 45. Todos permanecen en el complejo durante 3 meses seguidos tras haber pasado los procesos de cuarentena y trabajan 6 días a la semana descansando uno. De esta manera, el número de movimientos de entrada y de salida de personas está reducido al máximo.

Este nuevo panorama en China ha obligado a que el Ministerio de Agricultura español lleve semanas advirtiendo de este escenario que provoca un desplome de las cotizaciones y más granjas vacías porque los precios llevan semanas bajando.

Todo ello indica que seguirá siendo así, mientras los granjeros comienzan a sufrir en carne propia los ajustes originados por la situación.

En tanto, representantes de medio centenar de entidades y vecinos de pueblos de media España han presentado la queja contra la ganadería industrial ante la Unión Europea porque se empiezan a poner en jaque tanto los granjeros como las compañías integradoras y los mataderos industriales.