La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que cualquier esfuerzo por debilitar el acuerdo de Irlanda del Norte no creará un entorno propicio para las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y el Reino Unido, informaron este jueves los principales medios británicos.

La Casa Blanca dijo el martes que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la flamante primera ministra británica, Liz Truss, «discutieron su compromiso compartido de proteger los logros del Acuerdo de Belfast conocido como Viernes Santo y la importancia de llegar a un acuerdo negociado con la Unión Europea (UE) sobre el protocolo de Irlanda del Norte».

Durante el Gobierno de Boris Johnson, Truss presentó como ministra de Relaciones Exteriores un proyecto para modificar el «protocolo de Irlanda del Norte», que formaba parte del acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), que denunció la violación de un acuerdo internacional y amenazó con adoptar represalias.

Según la líder conservadora, la legislación terminará con «una situación insostenible en la que los habitantes de Irlanda del Norte son tratados de forma diferente al resto del Reino Unido» y servirá además para «proteger la supremacía» de los tribunales locales y la «integridad territorial» británica.

Aunque la UE se mostró dispuesta a realizar «ajustes», los contactos entre ambas partes no avanzan y las autoridades europeas advirtieron que si Londres avanza con su plan «deberán responder con todas las medidas a su disposición».

Desde el inicio de la negociación del Brexit en 2017, el mayor escollo a superar siempre fue cómo proteger el precario equilibrio de fuerzas en Irlanda del Norte, región británica histórica y culturalmente muy unida a la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE.

El llamado acuerdo de paz del Viernes Santo de 1988, que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre unionistas protestantes y republicanos católicos norirlandeses, obliga a las dos partes a compartir el poder en el Ejecutivo regional de esta nación británica de 1,9 millones de habitantes.

Este miércoles, en una conversación telefónica con el canciller alemán, Olaf Scholz, entre otros temas, Truss dejó en claro que su prioridad es proteger la paz y la estabilidad en Irlanda del Norte y defender el Acuerdo de Belfast.

«Ella enfatizó la importancia de encontrar una solución a los problemas fundamentales con el texto del protocolo tal como está», según informó un portavoz de Downing Street.