La Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) reclamó hoy al gobierno de Libia la detención del segundo hijo del ex mandatario Muammar Kaddafi, Saif Al-Islam Kaddafi, quien fue liberado en virtud de una amnistía oficial pese a que tiene un pedido de arresto de la CPI por crímenes contra la humanidad.

Además de Kaddafi, la única corte internacional que juzga delitos de crímenes de guerra y genocidio también pidió el arresto del ex director de seguridad interna de Libia, Al-Tuhamy Mohamed Khaled, sobre quien pesa otro pedido de detención también por crímenes contra la humanidad.

Saif el Islam, de 44 años, es el hijo más destacado de Kaddafi, y jugó un rol central en el sofocamiento de la rebelión islamista que, con apoyo de la OTAN, acabó hace seis años en la destitución y el asesinato de su padre.

Desde 2011 se encontraba preso de una poderosa milicia libia de la ciudad occidental de Zintan tras haber sido condenado a muerte en un polémico juicio cuya sentencia nunca se ejecutó.

El sábado pasado, Kaddafi fue dejado en libertad bajo una amnistía general promulgada por el Parlamento electo con sede en la oriental ciudad de Tobruk, y se desconoce cuál es su paradero actual.

Hoy, la Fiscalía de la CPI anunció que su oficina está «tomando las medidas necesarias» para determinar la localización actual de Saif Al-Islam y recordó que sobre él pesa una orden de detención desde el 27 de junio de 2011 por crímenes contra la humanidad.

Esta orden «sigue siendo válida» y Libia está obligada a arrestar y entregar a Kaddafi a la CPI, sin importar ninguna ley de amnistía, insistió la Corte en un comunicado reproducido por la agencia de noticias EFE.

«Ayudar a un fugitivo a escapar a la justicia es algo que no será tolerado y el señor Kaddafi debe ser entregado a la custodia de la CPI», urgió la Corte.

De la misma forma, la CPI instó a la detención y entrega inmediata de Khaled, supuesto responsable de tortura, persecución, actos inhumanos, crímenes de guerra y tratamiento cruel cometidos en varias localidades libias en 2011.

«Es imperativo que ambos sospechosos sean inmediatamente entregados a la custodia de la CPI para que su culpabilidad o inocencia pueda ser establecida a través de los procedimientos judiciales independientes e imparciales de la Corte, para que se haga justicia», reiteró la institución.

Una corte libia en la capital Trípoli había sentenciado a muerte a Saif al Islam en 2015, por cargos relacionados con asesinatos durante el levantamiento de 2011, y se encontraba encarcelado en Zintan desde el derrocamiento y asesinato de su padre.

Ese mismo año la CPI, con sede en La Haya, lo acusó de crímenes contra la humanidad y emitió una orden de arresto en su contra.