El Producto Bruto Interno (PBI) de China se disparó un 18,3 por ciento en el primer trimestre de 2.021 respecto a igual período del año anterior, lo que redunda en el mayor salto económico del gigante asiático desde 1992, cuando comenzaron las estadísticas oficiales trimestrales.

El registro está sesgado por la importante caída de la economía china durante el primer trimestre de 2020 a causa de la pandemia del coronavirus Covid-19, cuando registró una actividad negativa del 6,8 por ciento, lo que significó la peor caída desde la década de los ´60.

El crecimiento chino que se produjo en el primer trimestre de este año es mucho más modesto, de sólo el 0,6 por ciento, si se lo compara con el cuarto de 2020, cuando ya se experimentaba la marcada recuperación económica.

El sitio RT informó que en China, el gasto minorista aumentó un 33,9 % en el primer trimestre con respecto al año anterior, mientras que la producción industrial se incrementó un 24,5 %, y la inversión en inmuebles, fábricas y otros activos fijos tuvo un crecimiento del 25,6 por ciento.

De acuerdo con el informe de la Oficina Nacional de Estadística de China, a pesar de que el país registra un «impulso continuo de recuperación estable», las sombras sobre la economía del gigantes se pueden cernir a partir de que la pandemia se sigue «extendiendo a nivel mundial», por lo que el panorama internacional continuaba en medio de «incertidumbres e inestabilidades».

En ese sentido, se advierte «los problemas estructurales persistentes siguen siendo prominentes con nuevas situaciones y problemas que surgen del desarrollo». También se concluye que las bases de la recuperación china por el momento «no se han consolidado».

La recuperación económica china se da en medio de una creciente tensión con la otra gran potencia, Estados Unidos, y que no se remite solamente a la cuestión oficial.

Las diferencias entre Beijing y Washington abren el abanico a distintas cuestiones, entre ellas las acusaciones estadounidenses en torno a supuestos abusos de derechos humanos en la región occidental de Xinjiang, en China, y problemas relacionados con Taiwán y Hong Kong.

El miércoles pasado, el director del Departamento Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI), Christopher Way, aseguró que el ortanismo tiene tiene más de 2.000 investigaciones relacionadas con el gobierno de China y abre una nueva «cada 10 horas».

En un informe brindado a la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, el director del FBI, Christopher Wray, indicó que ningún otro país representa una amenaza mayor para la seguridad económica y los ideales democráticos que China.

Wray considero que China tiene capacidad para influir en las instituciones estadounidenses en forma «profunda, amplia y persistente».