La ministra principal de Escocia, la independentista Nicola Sturgeon, anunció este miércoles de manera sorpresiva su renuncia tras ocho años al frente del Gobierno de esa región británica del Reino Unido.

La líder de 52 años hizo el anuncio durante una conferencia de prensa en su residencia oficial de Edimburgo, donde explicó que su decisión surgió como una cuestión de «deber y amor» hacia Escocia.

Dijo que la adoptó luego de haber «reflexionado» y «luchado» con este tema durante algunas semanas y que su renuncia tiene que ver también con su creencia de que «ningún individuo debe ser dominante en un sistema por mucho tiempo».

Sturgeon dijo que seguirá en el cargo y al mando del Partido Nacional Escocés (SNP) hasta que su sucesor sea elegido.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, agradeció a Sturgeon por su «servicio de larga data» y agregó que continuaría trabajando con el Gobierno escocés para «cumplir con la gente de toda Escocia».

Sturgeon es líder de Escocia desde noviembre de 2014, cuando reemplazó a Alex Salmond, de su mismo partido, tras un fallido referendo de independencia.

Durante su mandato, estuvo a la vanguardia de la lucha por el reconocimiento del Gobierno escocés, así como por la necesidad de una nueva votación sobre la independencia.

El 11 de marzo de 2021, Sturgeon anunció su intención de celebrar este año un nuevo referendo para abandonar el Reino Unido, lo que generó cuestionamientos desde Londres.

Mientras Sturgeon defendió la decisión de llevar a cabo el referéndum como legítima, el Gobierno y la Justicia británica consideraron que la convocatoria era ilegal, al argumentar que viola una legislación establecida en 1998.

Los partidarios de la independencia de Escocia defienden su postura argumentando que la región tiene todo el derecho a determinar su futuro y que el Gobierno británico debe respetar la voluntad de los escoceses. La líder escocesa reiteró hoy sus críticas al bloqueo por una nueva consulta independentista, algo que describió como una «atrocidad democrática».

Por su parte, los defensores del mantenimiento de la unión entre Escocia y el Reino Unido señalan que el referendo es una amenaza para la seguridad y estabilidad de la región.

«Dirigir Escocia durante la pandemia de coronavirus fue una de las cosas más duras que he hecho», dijo hoy Sturgeon.

También señaló que el «peso de la responsabilidad fue inmenso».

Tras hablar del «impacto físico y mental» que el cargo tuvo en ella, y refiriéndose a la «naturaleza y escala» de los retos de Escocia, afirmó que hace falta «energía» para el liderazgo político.

«Dimitir es mi deber en este momento crítico», dijo.

Sturgeon aludió a las presiones del trabajo, diciendo que es duro «y a veces implacable» y agregó: «No espero que se toquen violines aquí, pero soy un ser humano además de ser política».

La líder escocesa habló de ganas de tener más tiempo para su familia o sus amigos y aseguró que el trabajo sólo puede hacerse durante cierto tiempo y que, en su caso, «corre el peligro de alargarse demasiado»

Si bien Sturgeon se negó a respaldar a alguien como sucesor, al asegurar que hay una gran cantidad de talento dentro del SNP, ya han comenzado a surgir los nombres de los posibles candidatos que definirá internamente el partido político, aún sin cronograma cierto.

Entre ellos figura John Swinney, quien ocupa el cargo de viceprimer ministro y es la opción con más experiencia dado que ya dirigió el partido en el pasado.

También circulan los nombres de varias mujeres, entre ellas, la ministra de Hacienda, Kate Forbes, la parlamentaria del SNP en el Parlamento británico, Joanna Cherry, y la ministra de Medio Ambiente, Mairi McAllan.