La policía israelí atacó a decenas de fieles musulmanes en el recinto de la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén antes del amanecer de este miércoles. El incidente desató protestas en toda la Cisjordania ocupada y provocó el lanzamiento de varios cohetes por parte de Hamas, desde Gaza a Israel “en respuesta al asalto al lugar de culto y al ataque a los creyentes por parte de las fuerzas de ocupación”.

La policía israelí anunció que hubo más de 350 personas detenidas después de violentos enfrentamientos A través de un comunicado, al fuerza de seguridad señaló que los arrestados “se atrincheraron violentamente en el Monte del Templo”. Así usó la denominación judía de la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado para ambas religiones.

«Estaba sentada en una silla recitando (el Corán)», dijo una anciana a la agencia de noticias Reuters mientras estaba sentada fuera de la mezquita, luchando por recuperar el aliento. «Lanzaron granadas aturdidoras, una de ellas me alcanzó en el pecho», dijo mientras comenzaba a llorar.

La policía israelí dijo en un comunicado que se vio obligada a entrar en el recinto después de que «agitadores enmascarados» se encerraran en la mezquita con fuegos artificiales, palos y piedras.

«Cuando la policía entró, un grupo numeroso de agitadores les lanzó piedras y disparó fuegos artificiales desde el interior de la mezquita», dice el comunicado, que añade que un agente de policía resultó herido en una pierna.

La violencia en las zonas ocupadas de Cisjordania y Jerusalén ha aumentado en el último año y existe la preocupación de que las tensiones puedan intensificarse este mes, cuando el mes sagrado musulmán del Ramadán coincide con la Pascua judía y la Pascua cristiana.

Grupos palestinos condenaron los ataques de Israel contra los fieles, que calificaron de crimen. ”Advertimos a la ocupación que no cruce las líneas rojas en los lugares santos, lo que provocará una gran explosión”, declaró Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino, Mahmud Abbas.

Jordania y Egipto, ambos involucrados en los recientes esfuerzos respaldados por Estados Unidos para reducir las tensiones entre Israel y los palestinos, emitieron declaraciones por separado condenando el incidente.

Videos que circulaban por las redes sociales mostraban fuegos artificiales y policías golpeando a personas en el interior de la mezquita.