El Gobierno de Hong Kong se vio obligado a anunciar la cancelación del tradicional espectáculo de fuegos artificiales de Nochevieja por el miedo a que se desaten nuevas protestas en las calles de la ex colonia británica, aunque existe una alternativa para que no se apague el colorido en el cielo.

Así lo difundió la Oficina de Turismo de Hong Kong, cuando era grande la expectativa por el espectáculo que se celebra cada 31 de diciembre en el puerto de Victoria.

Una advertencia de la Policía detonó la medida, ya que advirtió a la Oficina que existe una «amenaza a la seguridad» por las protestas que desde hace seis meses se suceden en la ciudad.

«Tenemos que esperar a que el orden sea completamente restaurado antes de poner en marcha estrategias para recuperar el turismo», declaró el director ejecutivo de la Junta de Turismo, Dane Cheng Ting, sobre la cancelación del evento, uno de los reclamos mas importantes de la temporada.

Los organizadores añadieron que la seguridad de los visitantes es lo más importante, pero también aclararon que lanzarán los fuegos artificiales desde lo alto de los rascacielos en lugar de hacerlo desde el puerto, de modo que el cielo volverá a iluminarse el 31 de diciembre.

El número de turistas que visitan Hong Kong ha ido disminuyendo desde que estallaron las protestas: en noviembre, la cifra cayó un 56 % interanual.

Miles de hongkoneses conmemoraron medio año de protestas prodemocráticas

Varios miles de personas salieron el pasado 12 de diciembre a las calles de Hong Kong a conmemorar el medio año del movimiento prodemocrático de protesta en la ex colonia británica, que comenzó como oposición a un controvertido proyecto de ley de extradición a China que la gobernadora Carrie Lam tuvo que suspender.

Los hongkoneses participaron en protestas menos masivas bajo la consigna «Unidos nos mantenemos firmes», pero que demuestran que el movimiento está aún vivo después de casi un mes relativamente tranquilo.

«Hong Kong se ha convertido desde el comienzo del movimiento en una referencia que inspira a personas de todo el mundo a luchar contra el autoritarismo, por ello no nos daremos por vencidos», aseguró a la prensa local Ventus Lau, uno de los organizadores de la movilización.

Asimismo, hubo una concentración de estudiantes secundarios que pidieron la liberación de los casi 3.000 menores de edad detenidos por la policía desde el inicio de las protestas, reportó la agencia de noticias EFE.

Aunque el 9 de junio se registró la primera manifestación multitudinaria de esta oleada, otra ocurrida tres días más tarde -la que se conmemora hoy- fue en la que la lucha se amplió y empezaron a popularizarse las cinco demandas de los manifestantes.

Éstas incluyen la ya conseguida retirada del proyecto de ley de extradición, una investigación independiente sobre la brutalidad policial, la amnistía a los más de 6.000 detenidos hasta la fecha, la retirada del término «revuelta» a la protesta del 12 de junio y el sufragio universal para elegir al jefe del Ejecutivo local y a los diputados.

El descontento con el Ejecutivo hongkonés es incesante, y en las elecciones del mes pasado a los consejos del distrito, la oposición obtuvo una victoria arrolladora que causó profunda preocupación y alarma en el gobierno chino, que siempre se opuso tenazmente a las protestas.

Las manifestaciones han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Beijing.