Los acuerdos entre partidos marcaron hoy la constitución de los más de 8.000 municipios de España, ya que muchos alcaldes fueron elegidos gracias a pactos entre diferentes formaciones, en muchos de ellos con el ultraderechista Vox como pieza clave.

Ese fue el caso de Madrid, donde el conservador Partido Popular (PP) recuperó la alcaldía después de cuatro años de un municipio de izquierda, gracias a un pacto con los liberales de Ciudadanos y el apoyo de la extrema derecha.
José Luis Martínez-Almeida, cabeza de lista del PP en las elecciones municipales del 26 de abril, es desde hoy el alcalde de Madrid gracias a un pacto a dos bandas conseguido tras unas complicadas negociaciones.

Madrid, por su valor simbólico de capital española, ha sido una de las plazas que se han disputado más duramente los dos bloques políticos, el centroderecha y la izquierda.

La vicepresidenta del Gobierno español, la socialista Carmen Calvo, consideró hoy «muy lamentable» el acuerdo alcanzado por el PP y Vox en Madrid y señaló que un acuerdo así no habría sido posible en otras capitales europeas, como Londres, París o Berlín, porque allí «se habría cerrado el paso» a la ultraderecha con «con cordura democrática».

Sin embargo, el líder del PP, Pablo Casado, que asistió a la toma de posesión de Martínez-Almeida, aseguró que es «el alcalde que merece una gran ciudad como Madrid» y e líder de Ciudadanos, Albert Rivera, afirmó que es un gran día para la capital, porque «se pone fin a cuatro años de populismo» en el Municipio, informó la agencia de noticias española EFE.

También en otras capitales española fue clave el acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox, para hacerse con las alcaldías, después de que Ciudadanos se decantara por priorizar los acuerdos con el Partido Popular y no con los socialistas (PSOE).

El hecho de que los liberales acepten los votos de Vox para gobernar en los municipios, pero insistan en que solo pactan con el PP, no ha sido nuevo, ya que repite la fórmula que usaron en enero en la formación del Gobierno regional de Andalucía.

Pese a esta fórmula, su proximidad con la extrema derecha ha sido criticada, no solo en España, sino también por parte de los liberales europeos, encabezados por el presidente francés, Emmanuel Macron, que ven con «gran preocupación» esas negociaciones.

En el caso de Barcelona, capital de la región de Cataluña y la segunda ciudad más poblada de España, la disputa por la alcaldía ha sido entre la actual regidora, Ada Colau, cabeza de una coalición de izquierda Barcelona en Común, y los republicanos independentistas de izquierda (ERC), con los mismos concejales, aunque más votos.

Tras un acuerdo entre Colau y los socialistas, se despejó el camino para la reelección de la alcaldesa, aunque aún no tiene mayoría suficiente, por lo que necesita el apoyo de la candidatura liberal encabezada por el ex primer ministro francés Manuel Valls.

Valls le ofreció su apoyo como «un mal menor» y para evitar que Barcelona tuviera un alcalde independentista, ya que el candidato de ERC, Ernest Maragall, había prometido hacer de la ciudad la vanguardia del separatismo.

Con la elección de Colau, Barcelona será una de la ciudades españolas, junto a Valencia y Cádiz, que este sábado repiten con los llamados «municipios del cambio» que llegaron al poder hace cuatro años, con candidaturas de izquierda alternativas al PSOE, ya que han perdido en las otras cinco, entre ellas Madrid.