La Unión Europea (UE) prorrogó durante un año las sanciones adoptadas contra Rusia tras la anexión en 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea en la primera medida anunciada en la cumbre de dos días de los líderes del bloque comunitario en donde buscarán sentar las bases de un futuro acuerdo para la renovación de autoridades.

«El Consejo prorrogó hasta el 23 de junio de 2020 las medidas restrictivas en respuesta a la anexión ilegal de Crimea y Sebastopol por parte de Rusia», anunció la UE en un comunicado.

Las medidas prorrogadas prohíben importar bienes desde esta península del mar Negro, prestar servicios turísticos y exportar determinados bienes y tecnologías, entre otros.

La UE restringe además a particulares y empresas en la UE el comercio y la inversión en sectores económicos y proyectos de infraestructuras.

«Cuando se cumplen cinco años de la anexión ilegal (…), la UE se mantiene firme en su defensa de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania», agrega el Consejo, en un comunicado reproducido por el diario belga Le Soir.

Las medidas se impusieron tras la anexión de Crimea y Sebastopol por Moscú en marzo de 2014 y forman parte de una respuesta más amplia contra Rusia por su papel en el conflicto en Ucrania.

La prolongación de las sanciones coincide con una cumbre en Bruselas de mandatarios europeos, quienes tienen previsto urgir a la aplicación de los acuerdos de Minsk, que marcó el final de la guerra en el este de Ucrania, en septiembre de 2014.

Asimismo, los líderes europeos acordaron aumentar la presión sobre Rusia para que «coopere plenamente» en la investigación abierta en Holanda, donde tres rusos y un ucraniano serán juzgados en marzo del 2020 por «asesinato» por el derribo de un avión comercial en 2014 en el este de Ucrania que dejo 298 muertos.

Entretanto, los mandatarios europeos retomaron este jueves -por tercera vez en seis semanas- las discusiones sobre quién liderará la UE los próximos cinco años, con las diferentes formaciones políticas firmes en sus posiciones.

«Ayer era cautelosamente optimista. Hoy soy más cauteloso que optimista», tuiteó antes de la cumbre el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras conversar con el mandatario francés, Emmanuel Macron, y la alemana, Angela Merkel.

La elección del presidente de la Comisión Europea condicionará la designación del presidente del Consejo, de la Eurocámara y del jefe de la diplomacia europea.

El conservador Partido Popular Europeo (PPE), primera formación en la Eurocámara con 182 de los 751 escaños en juego en los comicios de fines de mayo, sigue defendiendo al alemán Manfred Weber como candidato a suceder al luxemburgués Jean-Claude Juncker en la Comisión.

Sin embargo, los socialdemócratas (153 escaños) y los liberales (108), quienes intentan forjar una obligada alianza de fuerzas pro europeas en la Eurocámara junto a los ecologistas Los Verdes (75), no lo ven de esa forma y defienden a sus propios candidatos, dio cuenta el diario online suizo Swissinfo.

Más allá de los nombres, un acuerdo se perfila sobre el reparto de los cuatro puestos de poder. El PPE exige la presidencia de la Comisión, el brazo ejecutivo del bloque, reportó la agencia de noticias Europa Press citando fuentes de la formación conservadora.

De no alcanzarse un acuerdo, las discusiones entre los líderes europeos podrían continuar en paralelo a la reunión del G20 en Osaka, Japón, donde participarán seis dirigentes europeos, y plasmarse en una acuerdo en la próxima cumbre de la UE del 1 de julio.