En esta apreciación coinciden diversos analistas de política internacional consultados por representantes de la prensa extranjera acreditados en Brasilia.

Además, reiteran las duras acusaciones que Dilma efectuó al momento de conocer su destitución: «El proyecto nacional, progresista, inclusivo y democrático que yo represento ha sido interrumpido por una poderosa fuerza conservadora y reaccionaria.

Ellos van a secuestrar las instituciones del Estado para colocarlas al servicio del más radical liberalismo económico y del retroceso social. Escuchen bien: ellos piensan que nos han vencido, pero están equivocados. Yo sé que todos vamos a dar la pelea. Vamos a regresar y seguiremos hacia un Brasil en el que el pueblo sea el soberano», dijo con mucha elocuencia la ex presidente. Luego citó al antropólogo brasileño Darcy Ribeiro: «No nos gustaría estar en el lugar de quienes se creen los vencedores. La Historia será implacable con ellos», sentenció Dilma.

Panorama sombrío

 

Esos mismos periodistas resaltan también que durante el debate en el Senado, el legislador Roberto Requiao, del estado de Parana, afirmó que “los buitres y cuervos» financieros y geopolíticos están detrás del golpe de Estado que busca congelar por 20 años los gastos e inversiones para la salud, la sanidad, la educación, la infraestructura, la vivienda, y la seguridad pública, en tanto garantizará el pago de los intereses de la deuda, y privatizará el patrimonio nacional de la producción de energía, los minerales, la agricultura, las manufacturas y el patrimonio tecnológico.

Requiao les advirtió a los que aprobaron el enjuiciamiento político que “están jugando con fuego: ¿Están ustedes «preparados para una guerra civil? ¿No lo están? Bueno entonces comiencen a cavar sus trincheras, porque el conflicto va a ser inevitable. Los brasileños que probaron el placer de los adelantos sociales por algunos años no van a regresar de manera sumisa a sus celdas de esclavos», afirmó.

Recuerdan también los representantes de esos medios que la subprocuradora general del Brasil, Ela Wiecko, renunció al cargo en la víspera de la votación como protesta en contra del «golpe», y le dijo a la revista Veja que «hay mucha gente que piensa como yo dentro de la institución».

“Sórdido embrollo”

 

Resaltan además un aspecto poco conocido: “Se introdujo un giro inesperado en este sórdido embrollo” cuando el titular de la Corte Suprema, que presidió el juicio, aceptó la propuesta que hizo el PT, partido de Dilma, que se hicieran dos votaciones: la primera sobre el juicio político, y la segunda sobre si se le quitaban o no a Dilma todos sus derechos políticos por 8 años, como se especifica en esos casos. La segunda votación que también necesitaba 54 votos para ser aprobado, fue de 42 votos a favor y 31 en contra, y tres abstenciones, de modo que no pasó, lo cual quedó como un reconocimiento implícito de que, en realidad, la ex Presidente no cometió ningún delito.