La Policía de la capital de Francia está preparada para posibles tensiones. No se descarta que grupos violentos se unan al movimiento. Decenas de miles han participado en las protestas en el país galo desde noviembre pasado.

Inicialmente, las manifestaciones fueron provocadas por los planes del Gobierno para aumentar los impuestos al combustible.

En las últimas horas circularon en las redes sociales convocatorias para la realización en Francia de nuevas manifestaciones del movimiento de los Chalecos Amarillos, que salió a las calles por cuadragésimo sexto fin de semana consecutivo.

Las protestas organizadas en reclamo de mejoras sociales, la renuncia de altos funcionarios y el cese de lo que los activistas denuncian como violenta represión policial tendrían lugar en varias de las ciudades principales del país, algunas de esas movilizaciones con el visto bueno de las autoridades.

En la capital, los chalecos amarillos fueron llamados a concentrarse en la mañana en las plazas de la Bourse y Saint Pierre, para luego recorrer un trayecto de habría sido autorizado por la Prefectura.

Sin embargo, también fueron convocados a protestar en los alrededores de la avenida de los Campos Elíseos, donde su presencia ha sido prohibida desde hace meses, tras violentos incidentes, con destrozos incluidos, en jornadas pasadas.

Desde el 17 de noviembre los chalecos amarillos no han dejado de salir a las calles en varias partes de Francia, acompañados de pancartas, banderas y consignas, además del particular atuendo que los identifica, pero en los últimos meses con mucha menos fuerza.

El movimiento que llegó a reunir a cientos de miles de personas a finales de 2018 y principios de 2019, hasta poner contra las cuerdas al gobierno liderado por el presidente Emmanuel Macron, no ha vuelto a lograr tal magnitud, pese a los llamados desde sus filas a revitalizarse.

Según las convocatorias de algunas de sus figuras públicas, septiembre sería el mes del renacer, pero la protesta nacional organizada el pasado sábado no contó con la participación demandada, aunque sí despertó expectativas y preocupaciones, que llevaron a un gran despliegue de uniformados.

Más de un centenar de arrestos e incidentes violentos acapararon titulares el 21 de septiembre.

De acuerdo con el diario Le Parisien, la continuidad de las manifestaciones de los chalecos amarillos impacta ya a las fuerzas del orden público, al punto de que sindicatos de policías invitaron a una marcha el 2 de octubre, alegando que los agentes están afectados por una ‘fatiga física y psicológica’.