Luego de la mayor marcha de los chalecos amarillos, se tensa la relación entre medios y manifestantes en Francia. El sitio El territorio del Lince realizó un análisis de la situación del que a continuación realizamos un extracto.

Este sábado ha sido el Acto IX de los «chalecos amarillos» franceses, con más participantes que la convocatoria anterior pese a las amenazas y al miedo que intentó extender el gobierno. El movimiento no decae, crece. Lo reseñable ha sido que en varias ciudades, en cinco exactamente, se echó de las manifestaciones, o se atacó, a los paniaguados de los medios de propaganda (antes llamados «de comunicación»). Sorpresa total. Sesudos medios como Le Monde editorializan sorprendidos: «¿De dónde viene la desconfianza a los medios de comunicación?».

Voceros del poder, posicionados con el poder desde siempre, y de forma especial durante las nueve semanas que lleva ya la revuelta, se encuentran ahora con una desagradable sorpresa para ellos: sólo el 24% de la población confía en su «imparcialidad y objetividad» y el rechazo se extiende. Cuando día tras día, semana tras semana, mes tras mes desde los púlpitos audiovisuales o escritos se ataca a los «chalecos amarillos», se ningunean sus propuestas o se destroza a sus integrantes con acusaciones de todo tipo la respuesta de ayer tenía que llegar. Es el cansancio, es el hastío, es la ira… «Una ola de odio contra los medios de comunicación», titula el «progre» Liberation para relatar las movilizaciones del sábado…

La policía, los jueces son imprescindibles para el mantenimiento del sistema. La connivencia de unos y otros con el poder no descansa sólo en afinidades sociológicas o ideológicas, sino en una visceralidad contra el pueblo que socaba sus privilegios. Unos y otros no vacilan al ponerse al servicio de la represión masiva que está produciéndose contra los «chalecos amarillos». Con la inestimable colaboración y arropamiento de los medios de propaganda.

Entrar en el discurso de la violencia sin hablar de la violencia estructural es una estupidez que sólo refuerza al sistema. Y cuando el hartazgo hace que el vaso se desborde, es cuando los medios de propaganda se acuerdan de que tienen que hacer su trabajo «con imparcialidad y objetividad», como dice ahora Le Monde en su editorial. Pero eso dura lo que un chaparrón de verano, apenas nada. Veremos cómo tratan el Acto X del sábado que viene. Y si publican fotos como ésta, tan esclarecedora como las anteriores que os he puesto.

Por primera vez desde que comenzó la revuelta, 250 académicos han firmado un manifiesto de apoyo a las reivindicaciones de los «chalecos amarillos» y lo han hecho con un titular sorprendente por lo directo: «No seremos los perros guardianes del Estado». Y dicen lo obvio, entre otras cosas: «Los medios de comunicación han ayudado al poder a silenciar un movimiento popular que sí, es inclasificable como lo fue mayo de 1968 y como cualquier otro evento histórico digno de ese nombre. Queremos ayudar a romper este silencio, afirmando públicamente nuestra solidaridad con los «chalecos amarillos» e invitando a académicos, intelectuales y artistas a unirse a ellos».

La nota completa en: http://elterritoriodellince.blogspot.com/