El presidente francés, Emmanuel Macron, buscará a principios de la próxima semana tomar la iniciativa con un nuevo paquete de medidas sociales, en medio de la tensión política desatada en el país por el alza de los combustibles y la gran marcha convocada para mañana por los llamados «chalecos amarillos» por la pérdida del poder adquisitivo.

Así lo señalaron medios locales que destacan que el martes próximo el mandatario hará un conjunto de propuestas para que la transición ecológica sea lo menos dañina posible para los ciudadanos más vulnerables.

Eso puede incluir ayudas al aislamiento energético de los edificios, así como a los desplazamientos laborales, que se sumarían a las ya anunciadas en los últimos días por el gobierno, que descarta renunciar a la anunciada suba de los impuestos de los combustibles, según informó la agencia de noticias EFE.

La estrategia de transición ecológica impulsada por Macrón, en la que se inscribe esta alza, busca inducir al menor consumo de combustibles fósiles, según informó Le Figaro en su edición digital.

Aunque no quiere dar marcha atrás en su idea de mantener una política impositiva ecológica, el martes puede lanzar propuestas para que sea «justa, equitativa y democrática», y no descarta el diálogo con los «chalecos amarillos», según fuentes del Eliseo citadas por la agencia española de noticias.

Los mensajes del Ejecutivo han ido en los últimos días en la dirección de calmar el enojo de los manifestantes, la mayor parte de ellos concentrados en la Francia de provincias, lejos de los grandes núcleos urbanos.

Quizá por ello, para que el sentimiento de malestar se acerque al poder, convocaron la manifestación de mañana en París, a la que en las redes sociales ya se han inscrito 30.000 personas.

Las autoridades tratan de enmarcar lo más posible ese movimiento, que carece de organizadores y no está respaldado oficialmente ni por partidos ni por sindicatos y que se reivindica exclusivamente ciudadano.

Por ello, propusieron que la manifestación se desarrollara en los Campos de Marte, frente a la Torre Eiffel, pero a falta de interlocutor nada hace pensar que las protestas se circunscriban a ese lugar.

Algunos autoproclamados portavoces del movimiento indicaron que la protesta debería hacerse en los Campos Elíseos, para mostrar su fuerza al gobierno.

Los miles de bloqueos de centros logísticos y carreteras a lo largo de la última semana han perturbado, a su juicio, a ciudadanos normales.

La de mañana será una prueba de fuego para el movimiento de los «chalecos amarillos», que el pasado sábado logró reunir a casi 300.000 personas en diferentes puntos del país, según los datos del Ministerio del Interior.