El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ordenó este miércoles la apertura de una investigación sobre el supuesto espionaje del que fue víctima junto a otros periodistas y políticos a través del software Pegasus, de fabricación israelí.

Así lo anunció el primer ministro francés, Jean Castex, que en una entrevista concedida a la cadena de televisión TF1 reiteró que «si los hechos se demuestran, son graves».

«Es necesario que analicemos esto de forma más precisa debido a la potencial gravedad (para saber) cuál es la realidad y el grado de ‘infección'», manifestó.

«El presidente de la República ha ordenado toda una serie de investigaciones. Sería irresponsable por nuestra parte hablar de estas cosas sin saber exactamente la situación y las medidas que podrían ser llevadas a cabo por nuestra parte», añadió.

Fuentes del Ejecutivo francés confirmaron que ya se cambiaron los teléfonos celulares de Macron y la seguridad de los mismos se configuraron de la manera «más restrictiva posible» ante las sospechas de que pudiera haber sido espiado.

La medida se tomó luego de que los números telefónicos de Macron y de miembros de su Gobierno aparecieran en una lista de posibles objetivos del software Pegasus, utilizado por algunos Estados para espiar a periodistas.

El diario Le Monde reveló ayer que estos números, entre ellos los del exprimer ministro Edouard Philippe, figuraban «en la lista de los números seleccionados por un servicio de seguridad del Estado marroquí, usuario del software espía Pegasus, para un eventual pirateo».

Asimismo, la Fiscalía francesa anunció la apertura de una investigación después de que varios medios de comunicación revelaran que periodistas del diario digital Mediapart, como Lénaïg Bredoux y Edwy Plenel, se encuentran entre los más de 180 periodistas espiados en todo el mundo a través de este software.

El Gobierno de Marruecos rechazó este miércoles las acusaciones que denunció como una «campaña mediática» en su contra, al tiempo que reclamó que se presenten «pruebas tangibles» sobre su participación en estas actividades.

La investigación en torno a esta herramienta está a cargo del consorcio de medios Forbidden Stories, con sede en París, que asegura que las pruebas fueron obtenidas de los propios teléfonos a través de un análisis forense realizado por el laboratorio de seguridad de Amnistía Internacional.

Pegasus es un sistema muy sofisticado que explota las vulnerabilidades de los teléfonos móviles inteligentes y, una vez en el aparato exporta los datos del usuario (correos electrónicos, mensajes, fotografías, conversaciones) hacia páginas de internet creadas por la empresa, que se renuevan constantemente para evitar ser detectadas.

La firma israelí NSO, creada en 2011, fue acusada con alguna insistencia de colaborar con regímenes autoritarios, sobre todo desde que en 2016 Ahmed Mansoor, un opositor de Emiratos Árabes Unidos, denunció estas prácticas, pero la empresa rechazó las versiones, que atribuyó a «suposiciones erróneas y teorías no corroboradas».

La nómina incluye los números de 180 periodistas, 600 políticos, 85 defensores de derechos humanos y 65 empresarios, según Le Monde, The Guardian, The Washington Post y los medios mexicanos Proceso y Aristegui Noticias, entre otros, que localizaron buena parte de los posibles espiados en México, Marruecos y Arabia Saudita.

El propio presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, su familia y unas 50 personas de su entorno también forman parte de la lista de espiados y que fueron intervenidos presuntamente entre 2016 y 2017 con Pegasus.