Al menos 44 migrantes murieron y más de 80 resultaron heridos en un bombardeo en la localidad libia de Tajura, en el sur de Trípoli, del que acusan a las tropas del mariscal Jalifa Hafter.

Aunque una fuente médica del gobierno primero habló de 40 muertos, después la UNSMIL, la misión de apoyo de la ONU, elevó la cifra a 44 y detalló que el ataque fue realizado al caer la noche con cazabombarderos F-16.

Te puede interesar: La Corte Europea de Derechos Humanos dio la razón a la negativa italiana de acoger inmigrantes

«Los equipos de socorro se encuentran trabajando en el lugar del ataque. Hay decenas de víctimas», afirmó un vocero del GNA (Gobierno de Acuerdo Nacional) citado por la agencia de noticias EFE.

Hafter, un ex general del ejército libio que estuvo 20 años exiliado en Estados Unidos, se convirtió, en 2014, en el jefe del autoproclamado Ejército Nacional Libio, una organización militar que obedece al llamado gobierno de Tobruk y que está integrado por militares del ejército del fallecido dictador libio Muammar Kaddafi, milicias tribales y mercenarios extranjeros.

El 4 de abril pasado, las tropas a su mando cercaron Trípoli con el objetivo de derrumbar el actual plan de paz.

Desde entonces se suceden los combates en las áreas rurales del sur de Trípoli, en una espiral de violencia que ya causó cerca de 600 muertos y más de 5.000 heridos y obligó a más 30.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.

Los enfrentamientos armados también afectaron gravemente a miles de migrantes, en su mayoría subsaharaianos, que se encuentran en los alrededores de la capital a la espera de poder viajar de forma irregular a Europa o que fueron recluidos en centros de detención tras haber fracasado en el intento.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los heterogéneos grupos rebeldes sobre la larga dictadura de Kaddafi.

Desde 2015 tiene dos gobiernos, unos sostenido por la ONU en Trípoli, que apenas domina la capital y algunas pequeñas poblaciones del oeste del país, y otro tutelado por el mariscal Hafter que controla el resto del territorio y la mayor parte de los recursos petroleros.